domingo, marzo 11, 2007

CON ESTA VAN DOS VECES

Suena el teléfono y respondo.
-Haló!
-Haló, Alfredo? Soy Virginia, la esposa de Milton, ¿Cómo está?
-Hola Virginia! ¡Qué alegría saludarla! Y ese milagro?
-Mire perdone que sea tan breve, pero ¿Verdad que Ud. tiene el número de Hugo en Australia?
-Sí, claro, déjeme buscarlo porque lo tengo en mi oficina y ahorita estoy en mi dormitorio.
-No, mire, puede hacernos un favor? Fíjese que se le murió la mamá, lo puede llamar y darle la noticia?

-Ahhhh! Sí, claro, con mucho gusto...

"Puta, qué yuca. Tengo que llamar al Monstruo y darle esa horrorosa noticia".

Bajo a mi oficina, busco en mi agenda el número, lo hallo, marco pensando cuál es la mejor manera de dar una noticia tan espeluznante. No hay forma. Debo ser ecuánime y buscar las palabras adecuadas.

Beeeeep, beeeeep, beeeep!

Un Mounstruo somnoliente responde:

-Halo!
-Quiondas "mojtro", perdoná que te despierte ¿Qué horas son allí?
-Son las tres de la mañana, pero no tengas problema hombre de todas maneras ya me iba a levantar a trabajar.
-Mirá, brother, es mejor que sigás acostado. Odio tener que despertarte para decirte algo tan terrible papá, pero preparate para oír una malísima noticia, quizás la peor que habrás de oír en tu vida brother, siento ser yo el que te la diga...

En el otro extremo, con voz cavernosa, mi hermanito del alma, Hugo García me dice sin siquiera imaginar la estocada:

-¿Qué pasó vos...?
-Mirá papá, no me preguntés detalles, porque no los sé, lamento en el alma decirte que desde hace unas horas tu mamá está en el cielo...
-Me estás diciendo que mi mamá...

Y no habló más, la siguiente palabra se ahogó en la garganta de mi amigo de oro.

-Sí, brother, ha fallecido, ahora está a la derecha del Padre. Yo no sé más que eso papá, comunicate con tus hermanos en El Salvador por detalles. Yo aquí voy a colgar para que desahogués el dolor y te llamo más tarde...Un abrazo fuerte, ciao mi brother...

Hace tres años, fue Roberto "Tonicho", mi otro hermano en Lancaster, California. Me llaman sus parientes para pedirme que le diera la noticia de la partida sin retorno de su mamá.

Pero es que esta gente no tienen loss números de sus parientes para que les digan ellos esas horrorosas noticias a mis amigos?!

En la Edad Media ya me hubieran matado por dador de malas nuevas.

De repente mis amigos ya no van a responder el teléfono cuando vean que soy yo el que los llama.

Estoy seguro que si fuera que han heredado una fortuna, rapidito hallaran sus números y en el último pendejo que pensarían fuera en mí.

Suertudo yo!

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