El Manneken Pis (en dialecto bruselense Menneke Pis, ‘niño que orina’) es una estatua de bronce de unos cincuenta centímetros situada en el centro histórico de Bruselas (Bélgica) que representa a un niño pequeño desnudo orinando dentro del cuenco de la fuente. Junto con el Atomium y la Grand Place es uno de los símbolos de la ciudad y una de sus principales atracciones turísticas, simbolizando el espíritu independiente de sus habitantes.
Había ya una estatua parecida de piedra a mediados del siglo XV, quizás ya desde 1388 (fecha de la primera mención hallada en los archivos de la catedral de Santa Gúdula), que fue robada en varias ocasiones. Los bruselenses protegieron la estatuilla durante el asedio y bombardeo de la ciudad por los franceses en 1695.
Había ya una estatua parecida de piedra a mediados del siglo XV, quizás ya desde 1388 (fecha de la primera mención hallada en los archivos de la catedral de Santa Gúdula), que fue robada en varias ocasiones. Los bruselenses protegieron la estatuilla durante el asedio y bombardeo de la ciudad por los franceses en 1695.
La estatua actual es una réplica, pues la original que fue robada en los años 1960, y recuperada posteriormente, se encuentra junto a una copia en bronce dorado del siglo XVII, en el Musée de la Ville de Bruselas.
Mucho se ha hablado sobre el origen del pequeño símbolo belga, pero la versión más comúnmente aceptada es la siguiente: Un rico comerciante que visitaba la ciudad en familia perdió a su hijo pequeño y se organizaron unos grupos de búsqueda. El acaudalado mercader en su angustia prometió que si se encontraba al pequeño, mandaría construir una estatua en el lugar justo dode ocurriera el encuentro, y en la posición que se hallara. El niño fue encontrado riendo y orinando en un pequeño jardín, por lo que el padre decidió ayudar a la construcción de una fuente. Una fuente que tiene a su hijo orinando en la parte superior.
Mucho se ha hablado sobre el origen del pequeño símbolo belga, pero la versión más comúnmente aceptada es la siguiente: Un rico comerciante que visitaba la ciudad en familia perdió a su hijo pequeño y se organizaron unos grupos de búsqueda. El acaudalado mercader en su angustia prometió que si se encontraba al pequeño, mandaría construir una estatua en el lugar justo dode ocurriera el encuentro, y en la posición que se hallara. El niño fue encontrado riendo y orinando en un pequeño jardín, por lo que el padre decidió ayudar a la construcción de una fuente. Una fuente que tiene a su hijo orinando en la parte superior.
EN SANTA ANA
Los salvadoreños tenemos la suerte de poder ver una réplica del mocoso bruselense sin necesidad de ir hasta Bélgica. Basta ir al centro de la Ciudad Heróica, sobre la avenida Independencia, y entrar al edificio histórico de la Alcaldía, frente al parque Libertad. Al nomás entrar e ir directo al centro del bien cuidado patio jardín del icónico edificio, en el centro se nos presenta una fuente con la célebre estatua sobre un pedestal. Tan bonito como el europeo.
LA DIFERENCIA ES LA INDIFERENCIA
Yo he ido a pagarles mis respetos a las dos estatuas, el parecido es asombroso. La diferencia es que mientras en Bruselas la gente se agolpa y se apiña para ver lo más cerca que pueda al histórico bichito y fotografiarse frente a él, en Santa Ana la gente se agolpa en las entradas de las diferentes oficinas, cada quien con su mente en papeleos.
En ambos caso el chico se mea de la risa tanto de los que lo adoran en Bruselas, como de los que lo ignoran en Santa Ana.
En ambos caso el chico se mea de la risa tanto de los que lo adoran en Bruselas, como de los que lo ignoran en Santa Ana.
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