lunes, marzo 19, 2012

COMPARTIENDO LA LUCHA

Correspondencia de mi amigo Mario Trejo

Mi estimadísimo Alfredo
Espero que esté como siempre tan comprometido por la lucha por la vida, disfrutándola, promoviéndola viviéndola con intensidad y de cara a ella con la honestidad que le caracteriza.

Ha sido para mí bien sensible el paso atrás del partido FMLN, no de la izquierda en general -eso es otra cosa- y es sabio y es necesario distinguir bien ambas cosas para seguir adelante. Tengo clarísimo que no ha sido un triunfo de la derecha (aunque la mercadotecnia de los medios que, con complicidad de los incautos desmoralizados que les siguen el juego, así lo quieran imponer).

Le dije hace 8 días que Mejicanos parecía un árbol de Pito en flor (Ud. con cautela me dijo: -a ver si los resultados lo confirman). Y pasó lo que tenía que pasar. Mi esposa y yo votamos de esta forma (por acuerdo mutuo y bien reflexionado): Alcaldía por el FMLN (aunque el candidato es un ex combatiente que ya no es combativo) y por Diputados: bandera del FMLN + rostros de mujeres del Frente, para dar un giro a la machocracia.

Sabíamos que los resultados NO iban a ser tan "triunfalistas" como hace 3 años, se veía venir. Pero hay que tener cierta disciplina sin ser ciegos. Les dimos el respaldo a los que como Pedro y Mauricio dieron su sangre, dejaron solas a sus mujeres e hijos por una sociedad nueva. Como familia, eso es y será siempre no negociable. Lo más grave que un día podemos hacer en materia electoral es ir a anular el voto, más nunca dejar de ir, pues sabemos que favorecemos el negocio de la derecha y sus patrocinadores.


Esa ha sido mi lectura siempre, desde que tuve edad para votar (aún con la guerra vigente). Voté por Zamora, por Silva (1 y 2 veces), por Facundo, Schafick (versión alcalde y versión presidente), Funes...

Y la experiencia me hizo más ubicado que algunos más viejos que yo. Por ejemplo, en las elecciones en que Handal se postuló para presidente, yo fui más activo que nunca y en las vísperas de las votaciones yo ya leía la actitud de la gente, pues uno va desarrollando cierto olfato para "leer" la situación política, a pesar del bombardeo mediático de la derecha y sus incondicionales medios de comunicación o, por otra parte, la euforia de los incondicionales del partido y su militancia más militar que política, y otros ingredientes que condicionan la opinión de uno. En esos días, un compañero de trabajo mucho mayor que yo, militante hasta el tuétano, frentudo de pura cepa, me dijo un día, allá por un cantón de San Nicolás Lempa:

-"Hoy sí vamos a ganar mano".
Yo: - No hombre, vamos a perder. Atónito y casi indignado me dijo: -¿Por qué piensa eso?!!!! (como cuando un cura le regaña a uno por dudar de la virginidad de María).
Yo: - Porque no. El país aún se está sobando el garrotazo de la represión por décadas como para declararse partidario de la izquierda. Falta mucho para vencer el miedo, falta más trabajo de base maestro. Y por más entregado y valiente o consecuente que sea Schafick, la gente nunca lo aceptará como presidente, nunca (a menos que viva 150 años).

Al verme tan serio, me miró con cierto dolor por mis palabras y me dijo como para convencerse más a sí mismo que a mí:
- "Es que no puede ser mano (hermano)! que tanta sangre haya sido en vano!!!! (en sus ojos húmedos vi pasar en segundos a sus muertos y desaparecidos, y admito, que también a los míos).
Yo me justifiqué, siéndole honesto con lo que yo pensaba:
- Ya verá en las elecciones el resultado y luego hablamos.

Obviamente, ya no hablamos de eso. El tema quedó zanjado después de aquella nueva derrota tras un largo esfuerzo y sacrificios de todos. Tanto de Schafick, como de Juan Pérez (el combatiente sin nombre), de Mauricio y Pedro, de todos, de todas...Y vendrían más.

Acoto esta anécdota comentándole que años después, ese hombre, motorista de profesión terminó trabajando de celador en una oficina-bodega de una ONG. Con su vejez un día tuvo un desmayo a media noche y cayó en el patio del local sin poderse levantar. Cayó una fuerte tormenta la cual aguantó casi inconsciente. Fue encontrad a penas con vida y ahora está en una silla de ruedas, inutilizado... Creo que sus ojitos se cerrarán no dentro de mucho tiempo sin haber visto ese nuevo país que soñó.

Creo que estas historias (ud. y yo sabemos muchas, muchísimas) son las que Blandino, Ruiz, Handal hijo, Sánchez Cerén, Funes (se quiera o no el presidente de izquierda), Medardo, Merino, han perdido de vista entre sus manuales del buen izquierdista, del buen "revolucionario". Gracias a mi esfuerzo y el apoyo de amigos y familia, yo logré alejarme de un destino de marginalidad social, pero muchos que perdieron a sus seres amados y otros que empuñaron las armas -quizá más convencidos y audaces que Handal hijo, el "Diablito" and Company- han terminado en la pobreza, olvidados, tan descalzos como aquellos que los inspiraron hace más de 30 años.

Mi corazón nació rojo y morirá rojo. Y quería compartirle con entera confianza de amigo mi punto de vista sobre lo ocurrido. La dirigencia del partido FMLN debe reconocer que "EL QUE SE EQUIVOCA Y NO APRENDE VUELVE A ESTAR EQUIVOCADO". O cambian los cuadros, su metodología y estilo de relacionarse con la población, la cual tiene un increíble caudal de sabiduría práctica, de la cual podrían salir las buenas políticas económicas, de seguridad, de cultura y educación que necesitamos.

Creo que la "lealtad" por el partido y sus dirigentes no puede estar sobre la lealtad hacia los descalzos. Llevar a Handal Jr. fue para mí (con todo respeto a su persona, pues le conozco y es un gran hombre, un buen padre... su hijo fue mi alumno) un acto inconsecuente, desubicado respecto al contexto que estamos viviendo. Se le hizo un favor al alcalducho ese que por desgracia se ha subido en el lomo de la capital para catapultarse a la presidencia, parte de un proyecto bien armado por la derecha y que seguro ya tienen en curso un plan de trabajo, una lectura de contextos futuros, estrategias, plan A, plan B, plan C... como los grandes hacendados y empresarios que han sido.

Termino este laaaargo correo, abusando de la confianza que ud. me merece, diciendo que tenemos sólo 1 año y medio (minuto por minuto) para dar un giro en el rumbo, porque el propio año de las elecciones sólo es trámite, ahi ya no se puede hacer nada. Y esto implica que la dirigencia no se empeñe en seguir de iluminada, endosando liderazgos al estilo de la guerra (por méritos militares y de partido).

Obviamente, todo líder que se ponga al frente de la ESPERANZA de millones de salvadoreños que soñamos el CAMBIO, deberá ser no un caudillo, sino un hombre probado en su intelecto, en su compromiso y en su humanismo, totalmente autónomo de una cúpula, pero esclavo de las bases (el canal que une a ambos, por ahora está obstruído y puede infartarse).


Recuerdo las palabras de Alberto Enríquez (sin H). Un ex-jesuita que se organizó y combatió. Un día él me dijo que Ellacuría le recriminó su decisión, y él se defendió diciéndole que debía estar del lado del pueblo para luchar la revolución. Y aquel filósofo brillante le dijo: -"Está bien, organizate, pero seguí estudiando, aquí puedes venir a certificar tus estudios, porque la revolución necesita hombres que piensen."

Cuento con usted siempre primero como amigo, y también, por supuesto como camarada, agente activo de esta lucha que nunca acaba hasta el fin de los tiempos.

Y termino agradeciéndole la paciencia en leer esta catarsis, citando sus propias palabras que me iluminaron el corazón cuando las leí en sus datos personales del FB: -Amo al Frente, pero el Frente no es mi amo".

Con un abrazo,

Mario.

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