Yo tenía un SUV Infiniti, mi Infiniti me llevaba por doquier, era bonito, limpio, elegante, atractivo y blankito, blankito, como mi equipo querido, el Aliancita, lo único que, como no tenía asientos ergonómicos, mi mujer no se sentía cómoda cuando viajábamos en él.
Lo mejor que tenía mi Infiniti era que no lo debía.
Mi SUV Infiniti nunca se me jodía, lo cierto es que a mí no tienen por qué jodérseme los carros: trabajo a cinco minutos de mi casa, eso con tráfico (una vez, el raid de mi casa a mi trabajo duró lo que duró la canción Por tu Maldito Amor de don Chente, arranqué en mi casa: El día que te encontré me enamoreeeee...! cuando apagué el motor en el estacionamiento de mi rabajo: Por tu bendito amooooooor, ta ra ra ra ra ra snif!), además nunca voy más lejos que al aeropuerto, unas cincuenta millas de mi casa.
Mi Infiniti era tan bueno que en tres años que lo tuve lo llevaba al taller porque me alarmaba que no se me jodía.
El día que te encontre me enamoreeeee...! Tú sabes que yo nunca lo he negado...! Con zaña me lograste enloqueces y yo caí en tu trampa ilusionado...! A principios del año.
Ah, pero un día ya no quise manejar mi Infiniti, quise manejar un SUV Mercedes Benz, ya no quería andar manejando un carro regular, quería manejar un carro que me diera status, que hablara por mí, que fuera elegante, distinguido, cómodo y en el que mi mujer se sintiera feliz por sus asientos ergonómicos, fue así como me engüevé con mi flamante Mercedes Benz...
De pronto todo quello se acabó...faltaste a tu promesa de no agüevarme.
Por tu maldito amor, no puedo acomodar mis sentimientos, y el pisto se me vive consumiendo...Por tu maldito amor, por tu maldito amor.
La puta compañía me pide que espere de cuarenta y cinco minutos a una hora y ahora sí que con mi mente salvadoreña en todo su esplendor pensé: ¡Tu madre hijoelagramputa vuastar pendejeando aquí cuarenticinco minutos...¡Coma mierda...!
Lo que nunca me hizo mi Infiniti me lo hizo mi flamante Mercedes...hoy quién sabe con cuánto me va a entrar el nabo con la cuenta...Por tu maldito amoooooor ta ra ra ra ra ra snif!
Lo mejor que tenía mi Infiniti era que no lo debía.
Mi SUV Infiniti nunca se me jodía, lo cierto es que a mí no tienen por qué jodérseme los carros: trabajo a cinco minutos de mi casa, eso con tráfico (una vez, el raid de mi casa a mi trabajo duró lo que duró la canción Por tu Maldito Amor de don Chente, arranqué en mi casa: El día que te encontré me enamoreeeee...! cuando apagué el motor en el estacionamiento de mi rabajo: Por tu bendito amooooooor, ta ra ra ra ra ra snif!), además nunca voy más lejos que al aeropuerto, unas cincuenta millas de mi casa.
Mi Infiniti era tan bueno que en tres años que lo tuve lo llevaba al taller porque me alarmaba que no se me jodía.
El día que te encontre me enamoreeeee...! Tú sabes que yo nunca lo he negado...! Con zaña me lograste enloqueces y yo caí en tu trampa ilusionado...! A principios del año.
Ah, pero un día ya no quise manejar mi Infiniti, quise manejar un SUV Mercedes Benz, ya no quería andar manejando un carro regular, quería manejar un carro que me diera status, que hablara por mí, que fuera elegante, distinguido, cómodo y en el que mi mujer se sintiera feliz por sus asientos ergonómicos, fue así como me engüevé con mi flamante Mercedes Benz...
De pronto todo quello se acabó...faltaste a tu promesa de no agüevarme.
Ayer, al salir de mi trabajo, yo iba muy orondo en mi flamante Mercedes a hacer lo que tenía que hacer de acuerdo a mi agenda del día. Me quedaban dos horitas para estar libre de todo mal e irme a casa a descansar y jugar un rato frente a mi computadora, me acompañaban Los Beatles y yo cantaba junto a ellos para hacer más delicioso el romance entre mi flamante SUB, los 4 genios y yo : All you need is love, ta, ta rarara, All you need is love, ta,ta, rarara...cuando llego a un semáforo en rojo, pongo la palanca de velocidades en P y cuando el semáforo volvió al verde, se trabó la puta palanca y ya se movió ni por la gran puta.
Por tu maldito amor, no puedo acomodar mis sentimientos, y el pisto se me vive consumiendo...Por tu maldito amor, por tu maldito amor.
¡La vieja y qué putas le pasa a esta mierda...! Pongo las luces de emergencia, tomo el celular, marco al número de mi compañía de seguros, y ahora ya no con la compañía de Los Beatles, sino con la compañía de las puteadas en todos los idiomas de los motoristas que ante una situación de estas se les olvida que no es voluntaria, que a todos nos va a tocar un día, y dicen a recordarte a tu progenitora en las distintas versiones del idioma castellano dependiendo de la nacionalidad del puteador, de pronto el flamante status se convirtió en ahuevada.
La puta compañía me pide que espere de cuarenta y cinco minutos a una hora y ahora sí que con mi mente salvadoreña en todo su esplendor pensé: ¡Tu madre hijoelagramputa vuastar pendejeando aquí cuarenticinco minutos...¡Coma mierda...!
Pues pasaron dos horas y yo allí pendejeando en la calle recibiendo la correspondiente cuota de humillación, impotencia, puteadas, saludos de solidaridad, uno que otro compañero de trabajo que me pregunta si necesito ayuda y yo le respondo que no, que ya viene la grúa, que muchas gracias.
Pues los cuarenta y cinco minutos se hicieron tres horas, hasta que pasó un patrulla que me dijo "mejor te llamo yo una grúa para que vengan en cinco minutos, porque estás metiendo en problemas a otros motoristas".
Así las cosas, cayó la grúa conducida por un gringo que cuando vio la naturaleza del desperfecto y la marca del carro me dijo que él no podía hacer nada, que esto era para otro tipo de servicio (ellos le llaman dolly), fue amable y no me dejó allí tirado, sino que llamó a la compañía adecuada. Al rato llegó el relevo del famoso dolly y el nuevo gruero (...) se rajó también porque dijo que iba a ser muy trabajoso ese clavo, de pronto se me queda viendo detenidamente y me dice, Hey, you're my notary, don't you remember me? Resultó ser Joe, mi único cliente gringo, en mi negocio de notario, quien de inmediato cambió de parecer y se mostró servicial, luego de intercambiar unas palabras, se puso las pilas junto con el primer gruero y me llevó el carro al taller del que soy viejo cliente, cuyo dueño también fue amable al no cerrarlo hasta que yo llegara con mi encargo.
Así las cosas, cayó la grúa conducida por un gringo que cuando vio la naturaleza del desperfecto y la marca del carro me dijo que él no podía hacer nada, que esto era para otro tipo de servicio (ellos le llaman dolly), fue amable y no me dejó allí tirado, sino que llamó a la compañía adecuada. Al rato llegó el relevo del famoso dolly y el nuevo gruero (...) se rajó también porque dijo que iba a ser muy trabajoso ese clavo, de pronto se me queda viendo detenidamente y me dice, Hey, you're my notary, don't you remember me? Resultó ser Joe, mi único cliente gringo, en mi negocio de notario, quien de inmediato cambió de parecer y se mostró servicial, luego de intercambiar unas palabras, se puso las pilas junto con el primer gruero y me llevó el carro al taller del que soy viejo cliente, cuyo dueño también fue amable al no cerrarlo hasta que yo llegara con mi encargo.
Lo que nunca me hizo mi Infiniti me lo hizo mi flamante Mercedes...hoy quién sabe con cuánto me va a entrar el nabo con la cuenta...Por tu maldito amoooooor ta ra ra ra ra ra snif!
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