jueves, junio 07, 2007

LLEGANDO AL PUNTO

Se llegan momentos en la vida en los que se pierde interés en cosas que fueron vitales para la existencia.

Me acuerdo cuando me ponía metas y empezaba a jugar con que llego o no llego y cuando al fin llegaba, la sensación de triunfo daba paso a una felicidad infinita.

Desde estudiar para un título académico hasta conquistar a la mujer que para mi retina era el non plus ultra de la belleza en la tierra.

Era hermoso estrechar la mano de una autoridad mientras recibía el papel que elevaría mi estatus social y académico; hermoso también era tomar entre mis manos un rostro femenino y estampar un tierno beso en un para de labios húmedos y palpitantes...

Hoy todo eso me vale verga.

Con mis títulos camino por la vida altanero, vital y metiendo dólares en mi cartera.

Labios femeninos, con los de mi mujer me basta y sobra (pero no para regalar, que conste.)

Bueno, el caso es que hasta hace muy poco tiempo les daba un valor infinitamente ridículo a mierdeces. Mi vida entera colgaba de babosadas: que reuniones con un líder comunitario, que escribir una bagatela en un periódico local, que correr a un almuerzo con don fulano, que tener contento a zutano, que meterle garabatos a mi blog (sí, a este blog pendejo!), que meter más mara al Foro del Alianza (Sí, a ese Foro que hice en la Internet para ese equipo mierda que quedó en penúltimo lugar en el fútbol de un país que ocupa el último lugar en fútbol en el mundo, por el que estuve a punto de perder una retina y que no desciende de categoría porque Dios es grande!)

Ah, pero hoy todo eso se acabó! Desde que supe que mi amiga Carolyn va a dejar el barrio pronto y que la región de Murcia en España tiene su principal entrada de divisas en la exportación de cítricos, yo ya soy otro.

Qué me importa a mí lo que pase en este mundo matraca en el que de cagar nadie se escapa.

Eso sí, hasta que aparezca la siguiente vieja, o que comience el próximo torneo.

No hay comentarios.: