El Circo Chimera está en la ciudad de Novato, California, la que sigue a San Rafael hacia el norte. Tenía años, literalmente, de no pisar las gradas de un circo. Hemos pasado dos días con mucha aprehensión porque llegara este momento.
Malavaristas, equilibristas, bailarines, payasos, golosinas, gente del pueblo, alegría música, saltimbanquis a diestra y siniestra, en una palabra, alegría a granel, el circo está en la ciudad!
En el camino, pasamos por una pizzería en San Rafael y después de devorar el alimento napolitano, al camino!
En el trayecto mi mente voló a mis años de niño, cuando mi abuelita me llevaba a cuanto circo llegaba a San Salvador. Cómo le gustaban los payasos a mi viejita. Recordé la última vez que me llevó. Ya habíamos entrado y antes de que empezara la función me mandó a comprar yuca "sancochada" con chicharrónes y pepesquitas; nunca se me borró de mi mente la imágen de mi santa teniendo dificultades extremas para subir las gradas de madera, ya que nosostros éramos de galería...
Mi mujer por su parte iba pensando en las veces que llevabamos a nuestros niños al circo, recordó aquel sábado en San José, California, cuando los tres pequeñitos se desternillaban de la risa con los payasos en el circo de tres pistas de los Hermanos Barnum.
Hoy todos son adultos, dueños de sus vidas y cada uno voló del nido...
El punto es que antes de la función ambos estábamos secando una lágrima de nuestros ojos en el circo, el mejor lugar para llorar...
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