Sí, les dije, puedo dibujar y tocar guitarra entre otros talentos que Dios me dio, y no me lo creyeron.
Todo el año me estuvieron pinchando el ego mis estudiantes: que era mentira, que solo lo decía por impresionar que esto que lo otro, hasta que hoy, el último día de clases regulares, me aburrieron, mandé por una guitarra al departamento de música de la High School y salimos todos de dudas.
A la mitad de la canción los bichos ya no aguantaban
Pero yo ya estaba entusiasmado anyway!
Al final aplaudieron... pero de contentos porque había terminado la tortura.
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