lunes, enero 14, 2008

SE ACABO

No quise soltarla esa noche porque no tuve valor de hacer realidad lo que le acababa de decir. La insulté, la maldije y le rematé mi discurso con el célebre: "Y no te volvás a cruzar nunca más por mi camino...!"

Ella, que me había oído decir lo mismo muchas veces, se limitó a mirarme en silencio, con esa mirada que acurrucaba mi alma y me hacía sentir ínfimo, casi inexistente; pero esta vez era definitivo, la suerte estaba echada y yo jamás había estado más determinado.

Con el ímpetu brotando de mis poros, di media vuelta y la dejé sola en la parada de buses, me fui a dar la vuelta a la manzana y regresé, siempre decidido aterminar, pero, la verdad,  no podía dejarla sola en un lugar tan oscuro y solitario.

Sin decir palabra, ella me dio un beso en los labios, y nos fuimos a casa en el siguiente bus.

2 comentarios:

Yani dijo...

me ha robado ud. una sonrisa,
volveré siempre que pueda a leer sus anécdotas e historias tan simpáticas

hasta pronto!

Yanina

ALFREDO CAMPOS dijo...

Esos son los robos que me encanta hacer. Gracias por pasar Yani.

f.C.