viernes, julio 06, 2007

NI UNO NI OTRO

En público ella le acercaba el micrófono a los labios al alcalde, en privado él se lo acercaba a ella.

"Mirtala Salinas, la bella anchor de Telemundo en los Angeles fue puesta en suspensión con goce de sueldo mientras se investiga si violó las leyes de ética periodística por su romance con el Alcalde de Los Angeles, Antonio Villarraigosa... "
Asociated Press

El placer es el bien primero, es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión, es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma.
EPICURO



Sentada frente a la cámara se veía cándida,
su voz surcaba los aires hacia la chusma
a quien ignoraba de cabo a rabo.
En su mente sólo estaba el Alcalde
el Alcalde de Los Angeles,
el poderoso, guapo y carismático líder.
Que fuera viejo?
Qué importaba!
¿Lo de casado?
Pues mejor!
así no costaba deshacerse del mendigo
cuando el cansancio arribara.

Así exquisita, con mensajes subliminales
ocultos tras un movimiento de labios,
o una miradita picara que sólo ambos entendieran...

Qué bonita era la vida...!
Hasta que un día se le ocurre a un hijueputa,
a un auténtico y genuino hijo de puta,
romper el silencio!

Con esta sociedad maledicente
de doble estandar con corbata y con cuchillo.
Todo iba bien, sexo prohibido
(que por prohibido es el más rico),
escapaditas a islitas cercanas y discretras,
viajecitos subreptcios a pueblitos
donde las luces de neón son irritantes,
y las palomas se apapachan en penumbra.

Todo iba bien, y pudo haber ido mejor
requetemejor, de no haber sido por la lluvia
que les mojó la noche y derramó tormentas
de lágrimas sobre el asfalto de la calle de regreso.

Hoy la neblina es más espesa y ni el suicidio
cambiaría en absoluto la situación de envidia,
de envidia sí, de los ladrones que entraron a su casa
a robar sexo a borbotones, a hurtar segundos de dulzura
en la avaricia de un cerebro lleno de amargura.

Quién sabe si la vida les dará otro chance
de ver llegar un día la máquina de sexo
aderezando los momentos de lujuria encaramada
en la montaña más alta.

Mientras tanto esperate Mirtala,
espera que pase la noche con su tromba
de bajeza
para jugar con el destino
en una cama menos caliente
pero más segura.

Que pase la tormenta, espera, espera...

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