El Partido Comunista (PC) solicitó a la Justicia chilena que exhume los restos del poeta Pablo Neruda para determinar si el Premio Nobel murió, doce días después del golpe de Augusto Pinochet, a causa del cáncer que padecía o debido a una inyección letal.
Fuentes políticas confirmaron que el letrado Eduardo Contreras presentó esta solicitud ante el juez Mario Carroza, que dirige la investigación abierta en mayo a raíz de una querella presentada por el PC, al que Neruda pertenecía.
El juez debe decidir ahora si acepta o no la petición de los querellantes en la causa.“No hay otra manera de resolver esta terrible duda que surge de hechos tan extraños como las contradicciones de lo que informó la prensa el día de su fallecimiento y el certificado de defunción, que evidentemente es falso”, dijo el abogado a los periodistas.
El relato oficial de los hechos, aceptado por la familia de Neruda, indica que el autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada murió en la clínica santiaguina Santa María el 23 de septiembre de 1973, debido al avanzado cáncer de próstata que sufría.
Las dudas, sin embargo, surgieron cuando el antiguo chófer del poeta, Manuel Araya, declaró en una entrevista que Neruda, partidario del gobierno de Salvador Allende, fue asesinado por una inyección que le aplicó un médico.
Mientras estuvo en la clínica, el escritor preparaba su salida a México, camino al exilio.
Esta investigación coincide con el desarrollo de otras indagatorias judiciales para esclarecer las muertes de dos expresidentes chilenos, Salvador Allende y Eduardo Frei Montalva, y de un exministro, José Tohá, todos fallecidos durante la dictadura (1973-1990).
Los restos de Neruda reposan junto a los de su tercera mujer, Matilde Urrutia, fallecida en 1985, en el jardín de la casa que poseía en la localidad costera de Isla Negra, convertida en un auténtico museo abierto hoy en día a las visitas.
Fuentes políticas confirmaron que el letrado Eduardo Contreras presentó esta solicitud ante el juez Mario Carroza, que dirige la investigación abierta en mayo a raíz de una querella presentada por el PC, al que Neruda pertenecía.
El juez debe decidir ahora si acepta o no la petición de los querellantes en la causa.“No hay otra manera de resolver esta terrible duda que surge de hechos tan extraños como las contradicciones de lo que informó la prensa el día de su fallecimiento y el certificado de defunción, que evidentemente es falso”, dijo el abogado a los periodistas.
El relato oficial de los hechos, aceptado por la familia de Neruda, indica que el autor de Veinte poemas de amor y una canción desesperada murió en la clínica santiaguina Santa María el 23 de septiembre de 1973, debido al avanzado cáncer de próstata que sufría.
Las dudas, sin embargo, surgieron cuando el antiguo chófer del poeta, Manuel Araya, declaró en una entrevista que Neruda, partidario del gobierno de Salvador Allende, fue asesinado por una inyección que le aplicó un médico.
Mientras estuvo en la clínica, el escritor preparaba su salida a México, camino al exilio.
Esta investigación coincide con el desarrollo de otras indagatorias judiciales para esclarecer las muertes de dos expresidentes chilenos, Salvador Allende y Eduardo Frei Montalva, y de un exministro, José Tohá, todos fallecidos durante la dictadura (1973-1990).
Los restos de Neruda reposan junto a los de su tercera mujer, Matilde Urrutia, fallecida en 1985, en el jardín de la casa que poseía en la localidad costera de Isla Negra, convertida en un auténtico museo abierto hoy en día a las visitas.
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