UNA NOCHE CON EL REY
Don Vicente Fernández, ese ícono de la cultura mexicana, brilla muchísimo más que el sol.
A sus sesenta y ocho años, y una carrera artística de más de cuarenta, todavía tiene una capacidad de convocatoria superior a todos los contemporáneos juntos, incluyendo a su hijo Alejandro.
Siempre vestido con el tradicional traje de charro mexicano, se presentó ayer sábado 10 de mayo, Día de las Madres, en el Cow Palace de San Francisco, y deleitó a la audiencia de más de quince mil personas, con el repertorio de sus canciones que parecen haberse metido en la conciencia del público latinoamericano que lo admira, respeta y adora con un fervor casi sacramental.
Carisma, elegancia, energía y talento se unen a este hombre, dotado de una poderosa voz y un sistema respiratorio que raya en lo sobre natural, que no se cansa de decir que "Mientras Uds. no se cansen de aplaudir, yo no me canso de cantar", a lo que su público respone con una euforia ensordecera que hace temblar hasta los cimientos el legendario recinto sanfranciscano.
Mi mujercita en primera línea con nuestros buenos amigos, Jesús y Gloria Posada y doña Carmen, madrecita de Jesús.
Noche inolvidable, lo mejor fue que dijo que "regresaría el próximo año a ver a su familia de San Francisco".
Gracias por una noche inolvidable don Vicente!
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