miércoles, mayo 14, 2008

EL SUEÑO AMERICANO Y SUS BEMOLES

Con la amenza del hambre que aprieta hasta el estrangulamiento en sus países, los peligros del camino y las rudezas de la realidad cotidiana en Estados Unidos, los inmigrantes llegan a la Tierra Prometida con un saco de sueños que poco a poco se van desvaneciendo hasta llegar en ciertos casos a convertirse en verdaderas pesadillas.

Especialmente en estos días en los que en el horizonte americano se vislumbra una reseción perra, los inmigrantes la están empezando a ver más negras que la noche en que parió la tunca.

Aquí en San Rafael no es la excepción. La comunidad hispana que ha crecido en una proporción de doscientos por ciento en los últimos diez años, ha dejado de sentir la seguridad que le ha proporcionado el estar subsistiendo en uno de los condados más ricos de los Estados Unidos, el condado de Marín.

Hace unos meses todavía los jornaleros que se aposentan a solicitar trabajos nimios en amplios sectores de la ciudad, se podían dar el lujo de decir "no" a los empleadores temporales que les ofrecían diez dólares por hora laborada. Hoy día, el aumento en el precio de la gasolina y su subsecuente reacción en cadena en los productos básicos, los alquileres de departamento, las recuperaciones de las casas por malos tratos hechos con inescrupulosos corredores de bienes raíces y las correlonas que está pegando la migra en todo el país, ha hecho que sus mentes pragmáticas, lleguen a a ceptar hasta los ocho dólares por hora laboral.

La cosa se está volviendo intolerable, la canasta básica anda por las nubes y tanto inmigrantes con correcto estatus legal, como los indocumentados, han empezado a buscar alternativas de subsistencia incluyendo el regreso al terruño con planes de "poner un negocio"; planes que difícilmente concretran pues tanto ellos como sus familias ya han echado raíces en los USA y se topan con que, regresar, resulta en un proyecto aún más ambicioso que su primera llegada por estas tierras del Tío Sam.

Nos es fácil la susbsistencia en este país en estos dorados tiempos. A menos que ya la tengas hecha por razones del tiempo y por tener un empleo sólido o una situación financiera estable, tienes que sentir la angustia del cambio aún en la meca del capitalismo.

El paliativo de seiscientos o mil doscientos dólares que está regalando la administración Bush a los contribuyentes en este país, es casi una burla si tomamos en cuenta lo caro que se ha vuelto el subsistir por estos lares.

Y para los inmigrantes indocumentados será peor que burla, porque, como no declaran impuestos, solo les queda "milal", como el chinito, que el pisto pasa por su casa, pero ni siquiera toca la puerta para entrar.

De ellos, ni Dios se acuerda.

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