LA FOTO DE CARNET
El princio de los años setenta fue de retos en mi vida, retos muy serios. Saliendo de la adolescencia, entrando a la Universidad, crisis emocional por un enculón macho que arrastraba desde los diecisiete años, habiéndome mudado con mi familia materna de la Dreyfus en el centro de San Salvador, a Las Colinas de Mejicanos, experimentando nuevas realidades y sub realidades.
Sin embargo mi romanticismo siempre aferrado hasta este día dentro de mi corazón, era un aliciente que siempre venía al rescate.
Esta canción de Leonardo Fabio (o Favio, como lo quieran), me encantaba escuchar en aquella transición existencial que a Dios gracias supe superar con creces y que hoy agradezco porque, al no matarme, me hizo más fuerte.
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