El Salvador que nunca van a llevar a ver a Barack Obama
Pase adelante señor presidente,
le presento a mi país
que hoy, por su presencia,
lo ven en el mundo muy bonito:
lo ven en el mundo muy bonito:
la Catedral, el Palacio Nacional,
Santa Elena, la Gran Vía, la Mascota.
Con rótulos de bienvenida a diestra y siniestra,
para maquillárselo todo por fuera pero...
y esto no es por presumir de pobres,
fíjese seños presidente
que no hemos comido todo el santo día.
Y es que la pobreza aprieta por todos lados
en mi papaíto país (como le decía
nuestro gra poeta ultraizquierdista Roque Dalton),
con bichitos muriéndose casi antes de nacer
en proporción de veintisiete por cada mil.
Con posibilidades de empleo más que nulas
y con un respetable primer lugar
en violencia criminal en América Latina.
Sin mentirle, ya nos estamos literalmente
comiendo entre nosotros mismos.
Solo nos queda marchitarnos pa'l norte
para allá de donde es usted
allá donde usted manda y le obedecen,
allá donde la chota sí pone en juicio a los criminales,
allá donde llega la mara a hacer realidad
el American Dream.
No le hace que en el camino
hoy por hoy se tenga que jugar mica con la pelona
al nomás poner patas en suelo mexicano.
Ah, y gracias por los doscientos millones que dejó
diz' que para parar el narco tráfico
ojalá que los gobernantes paren el hambre con ese pisto
y así pararán efectivamente el narco tráfico
y también el desempleo, la desnutrición
el desamparo para huérfanos,
y el abuso a las mujeres y a los ancianos.
Gracias por venir a nuestra casa humilde
bienvenido al hogar de las pupusas, las riguas,
el chilate, el ayote en miel y el shuco.
La va apasar muy bien estos dos días por seguro.
Y ojalá que regrese con ganas de firmar la órden ejecutiva
para legalizar a miles de salvadoreños indocumentados
que en su país piden un break para mandarles
dolarucos a la familia back home
Bienvenido a mi país señor presidente,
pero no mire más adentro
porque le va romper el corazón...
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