lunes, junio 08, 2009

FUE HACE 40 AÑOS

UN POCO DE NOSTALGIA DEPORTIVA

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Un día como hoy, hace 40 años, Honduras y El Salvador chocaron en una eliminatoria que se decidió en tres juegos y que se empañó con un conflicto bélico.

Esos recuerdos no pueden pasar por alto, en especial porque carecemos de memoria histórica.

De acuerdo con el historiador Héctor González, un 8 de junio de 1969, en el estadio Morazán, de Tegucigalpa, la Selección -que dos meses después clasificaría a su primer mundial tras dejar luego a Haití- visitó a los catrachos sin las condiciones de comodidad, sin apoyo económico, pero sí con la voluntad de una generación inolvidable.

El técnico era el argentino Gregorio Bundio, asistido por José Santacolomba.

El juego en Honduras es recordado hasta hoy como un robo de parte del árbitro peruano Arturo Yamasaki porque agregó cerca de diez minutos y el gol llegó 'in extremis', al 91', por medio de Leonard Welsh.

Según cuenta "Goyo" Bundio, los aficionados hondureños jugaron sucio: "No nos dejaron dormir toda la noche porque nos pusieron música toda la madrugada", recordó.

Este partido significó la despedida oficial en juegos de la Selección para dos grandes jugadores de la época: Juan Francisco "el Cariota" Barraza y Joel "el Cacique" Estrada, quienes participaron en las primeras rondas donde eliminaron a Surinam y Curazao.

Las leyendasLa alineación titular de El Salvador fue Gualberto "el Pulpo" Fernández, Roberto "la Burra" Rivas, Guillermo "El Loro" Castro, Salvador "Gigante de Ébano" Mariona, Saturnino "Ninón" Osorio, José Antonio "el Ruso" Quintanilla, Jorge "el Indio" Vásquez, Barraza, Mauricio "el Pipo" Rodríguez, Juan Ramón "Mon" Martínez y Joel "el Cacique" Estrada.

También vieron minutos Salvador "el Cerebral" Flamenco Cabezas, por Barraza; y Sergio "el Tabudo" Méndez, por Estrada.

De este plantel y el cuerpo técnico hay quiénes dijeron adiós, pero viven en la memoria de muchos: Santacolomba (auxiliar), Rivas, Osorio, Quintanilla, Barraza y Méndez.

Aunque este encuentro se perdió por la mínima, El Salvador sacó a flote "el orgullo" cuscatleco el 15 de junio al ganar en el juego de vuelta 3-0, disputado en el estadio Flor Blanca, con tantos de "Mon" Martínez, Élmer Acevedo y "el Ruso" Quintanilla, ante un aforo de 36 mil aficionados.

La diferencia de goles no valía en ese contexto y los dos equipos tuvieron que eliminarse el 27 de junio en una cancha neutral: el estadio Azteca de México.

Bundio comentó que para el juego en México, ya se había desatado la guerra civil entre los dos países: "Se mezclaron asuntos políticos donde hubo más de mil muertos. He sido el único entrenador que tuvo que dirigir un partido con una guerra encima. Hay de mí si hubiese perdido porque el presidente Fidel Sánchez Fernández nos dijo (a los seleccionados) que era el juego de la dignidad. ¿A dónde nos metíamos si perdíamos? Luego, cuando volvimos con la victoria, me alisté en los reservistas del ejército con mi amigo Santacolomba en lugar de esconderme entre las sábanas".

Los recuerdos de esa serie quizás perduren en algunos más por lo político que por el fútbol. Hace cuarenta años, El Salvador celebró su primera clasificación, pero lloró por algo más...

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