JUSTICE FOR ALL (THE AMERICAN WAY)

"Los siempre sospechosos de todo..."

Roque Dalton

Anoche fuimos a cenar mi mujer, Doris y yo, a la lindísima ciudad de Sausalito, una joya enclavada en el condado de Marín, aquí en el norte de California. Regresábamos a San Rafael divirtiéndonos con las canciones tremendamente misandríacas de Paquita la del Barrio, y cuando habíamos llegado a puerto y yo me disponía a salir del carro para darle un abrazo de buenas noches a Doris, escucho una voz mandona de un policía que me ordenaba "regresar al interior del carro inmediatamente", gritándole lo mismo a mi buena amiga. El tipo tenía encendido su fortísimo farol diseñado para cegar al motorista y así no distinga si alguien se aproxima o no.

De pronto llegaron a mi mente todas esas imágenes de "reality shows" de policías en acción tan populares en Estados Unidos, tales como Cops, TrueTV, etc., sólo que esta vez uno de los protagonistas era nada menos que yo.

Se acerca el tipo a mi ventana y antes de que dijera cualquier cosa, le pregunto:

-Hice algo malo? 

El tipo al que no voy a llamar Alguacil porque dista mucho de serlo, me responde on voz tosca:

-Sí, Ud se pasó el semáforo en rojo.

-De qué semáforo está hablando?

Sin responder a mi pregunta procede a pedir mi licencia de conducir, que le muestro en el acto. Al ver mi licencia en regla me pide la tarjeta de registro del auto y pruebas de seguros, lo que también le mostré de inmediato, y al advertir que todo estaba en impecable orden, me espeta el muy hijuelagran*&%$#:

-Está seguro que estos documentos son legales? -Sugiriendo que seguramente eran falsificados.

Entonces totalmente sacado de mis casillas le grité en su cara.

-Vaya a su computadora y compruébelo Ud. mismo!!!!.

Luego el cuilio hijue%$#@ me vuelve a hacer la misma pregunta y yo le respondo lo mismo.

Se va para su carro y se pone a inquirir sobre los papeles, y como tardara más de lo que yo esperaba, salgo del carro y le grito:

-Se puede dar prisa por favor, ojalá que tenga encendida su cámara de video y que quede prueba de ésto: "como yo soy diferente Ud. me está tratando diferente. Ud. me ha insultado al preguntarme si mis documentos eran legales".

 

Desde su carro me gritó, esta vez con más fuerza: "Regrese al interior del carro!"

Cuando regresó a mi carro vino con otra actitud, pero obviamente con una buena dosis de adrenalina en control de sus nervios lo cual evidenciaba en su voz y sus movimientos, ahora mostrando una fingida amabilidad me dice:

-Mr. Campos le voy a dar un ticket por haberse pasado la señal de alto (esta vez ya no era "un semáforo en rojo", hoy ya era "una señal de alto").

Yo no me he pasado ninguna señal de alto, Ud. me ha insultado de forma injusta. Si yo fuera blanco Ud. nunca hubiera dudado de la autenticidad de mis documentos, ni me hubiera hecho esa ofensiva pregunta.

Por toda respuesta dijo: "A todo el mundo le pregunto lo mismo, señor".

-Esto lo vamos a discutir en Corte con la intermediación de un Juez.

-Si es lo que Ud. desea, lo discutiremos en Corte.

Y señaló el 7 de agosto para la providencia judicial, pero me dio el ticket para que lo firmara, ante mi negativa, me amenazó con llevarme a la cárcel si no firmaba y como yo soy un tipo muy práctico, firmé la nota.

Al retirarse me dijo con sarcasmo el cuilio: "espero que tenga buenas noches", a lo que respondí: "Yo espero que Ud. tenga muy mala noche", a lo que con cinismo él respondió "Gracias".

Pasa en todo el mundo con algunos oficiales de aplicación de la ley, pero particularmente en Estados Unidos, en donde todavía hay prejuicio en contra de algunas minorías. Si te ven manejando un carro de lujo (que te ha costado sudar hasta el culo para obtenerlo), para ellos: o no andás papeles, o si los andás, son falsificados. 

Todavía falta mucho para cambiar la mentalidad de trogloditas que aún caracteriza a algunos agentes de la Ley en los Estados Unidos.

A ver qué tal me va en Corte.