martes, octubre 05, 2010

ADIOS ESPARTACO!



4 de octubre de 2010, 07:54 PM

LAS VEGAS (AP) - El actor Tony Curtis fue sepultado el lunes junto con algunas de sus posesiones favoritas: un sombrero Stetson, una bufanda Armani, guantes de manejo, un iPhone y un ejemplar de su novela favorita "Anthony Adverse", libro que inspiró su nombre artístico con el que inició una sólida carrera cinematográfica.


El actor de 85 años, quien fuera nominado al premio Oscar y que a lo largo de varias décadas estelarizó cintas como "Fugitivos", "Espartaco" y "Una Eva y dos Adanes", falleció el miércoles en su casa de Henderson, un suburbio de Las Vegas, tras sufrir un ataque cardiaco.


Más de 400 celebridades, admiradores, amigos y familiares se reunieron para decirle adiós en una ceremonia fúnebre pública realizada el lunes en Las Vegas para conmemorar su vida.


A la ceremonia seguía el entierro y después una recepción para 200 invitados en el hotel-casino Luxor en Las Vegas.


Una edición de fragmentos de sus famosos personajes cinematográficos abrió el servicio fúnebre que en ocasiones fue solemne y en otras alegre, al que asistieron, entre otros, el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger; el actor de cine porno Ron Jeremy, y Vera Goulet, viuda del cantante de Broadway Robert Goulet.


La multitud rió cuando un Curtis en dibujos animados apareció en una escena de la serie de televisión "The Flintstones" (Los Picapiedra) y al lado de Kirk Douglas en "Espartaco".


Amigos y admiradores hicieron fila afuera del Palm Mortuary & Cemetery mucho antes del funeral, con más de una decena de fotógrafos y periodistas de televisión mirando la escena.


Dentro, siete pinturas llenas de color y tres dibujos en blanco y negro realizados por Curtis estaban exhibidos en caballetes, mientras una fotografía del actor cuando era joven era proyectada en una pantalla. El ataúd fue envuelto en una bandera de Estados Unidos.


Jamie Lee Curtis, hija de Curtis en su primer matrimonio con la actriz Janet Leigh, estrella de la película "Psycho" (Psicosis), lloró mientras describía al hombre que fue, según señaló, "un pequeño mashugana" _palabra yiddish que quiere decir loco_ pero siempre lleno de vida.


"Todos nosotros obtuvimos algo de él. Yo, por supuesto, obtuve su desesperada necesidad de atención", bromeó.


Padre e hija estuvieron disgustados durante un período largo, pero con el tiempo se reconciliaron. Curtis estaba orgulloso de las actuaciones de su hija en cintas como "Perfect", "Halloween", "True Lies" y la nueva comedia "You Again".


El rabino Mel Hecht llamó a Schwarzenegger al frente para que diera un adiós improvisado. El actor y político nacido en Austria recordó a Curtis como un guía generoso que lo alentó a germinar una carrera en Hollywood cuando otros le decían que su acento extranjero y su nombre eran demasiada desventaja.


Curtis, cuyo acento de su natal Bronx le ocasionó críticas similares al principio de su carrera, podía identificarse con él.


"Vas a lograrlo", recordó Schwarzenegger que le dijo Curtis. "No hagas caso a esos tipos. Yo escuché lo mismo cuando llegué aquí".


Jill Curtis, sexta esposa de Curtis, elogió a quien fue su marido durante 12 años. Ella recordó de qué manera él hacía caso omiso de la diferencia de 45 años de edad entre ellos cuando amigos le preguntaban si no le preocupaba no poder mantener el ritmo de su joven esposa.


"Si ella muere, pues se muere", dijo ella que respondía su esposo con rostro impasible.


Al terminar el funeral el lunes, se mostró a la multitud una segunda edición de fragmentos de cine. El montaje terminó con las palabras "The End" sobre una imagen de Curtis sacudiendo la cabeza como rebatiendo su propio epílogo.


Conocido por pasar de ser un chico lindo a finales de la década de 1940 a un actor serio a principios de la de 1950, Curtis se reinventó a lo largo de décadas de trabajo evitando encasillarse en un tipo de papel particular. Su transformación se completó en "El dulce sabor del éxito" de 1957, con su papel de sórdido agente de prensa manipulado por un despiadado columnista (Burt Lancaster). En persona, dijo Kilroy, a Curtis le encantaba darle a sus amigos y fans algo especial para hacer de sus encuentros algo memorable.


"Tenía cierto modo de hacer sentir a todos como si fueran Espartaco", dijo Kilroy.

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