domingo, noviembre 01, 2009

HERMANOS LEJANOS, ENTRE MAS LEJANOS, MAS HERMANOS

Fragmento de una nota que le envío a una amiga:"Los guanacos hijos de la ran puta..."
Roque Dalton

He leído con detenimiento tu historia y se parece mucho a la mía en términos de experiencia en esto de los Foros, elaboro: yo tuve uno muy exitoso, dedicado a mi querido equipo Alianza F.C. y caminó bien por unos meses, llegó a tener más de dos mil miembros en tiempo record, pero cuando empezaron a utilizarlo para putearse entre sí y a directivos del equipo, yo me puse serio y se fueron, mi foro se convirtió en los dos foros del Alianza que actualmente existen (y desde donde de vez en cuando me putean amí), chévere, por último hubo dos grandes ganadores: el Alianza, que terminó con dos foros, y yo, que ya no tuve que seguir lidiando con gentusa con alma de cuchitril.



Mientras tanto yo sigo manteniendo mi Foro albo como recuerdo del primer foro serio de un equipo de fútbol de El Salvador, ah, y siempre amando infinitamente al equipo de mi alma.



Igual, yo no oculto nada de mi vida, no le veo ninguna razón para hacerlo, me siento tan orgulloso de lo que he hecho con ella que hasta tengo un sitio web en donde escribo mi historia, pongo mis fotos, y digo quién soy y lo que soy; eso sí, tomo mis precauciones, la primera, nunca escribo nada en un sitio en donde yo no esté en control de la situación.

Como una vida como la mía despierta todo tipo de envidias por parte de sapos que no pueden ver brillar a luciérnagas (después de todo pocos salvadoreños pueden darse el lujo de decir y y acreditar que ha visitado 27 países y 332 ciudades alrededor del mundo), a mí no me vas a ver jamás en foros a donde va chusma, como esos foros de Univisión, o cualquier otro medio de comunicación de masas regular: LPG, EDH, etc; no llego ni a penar por esas piaras.


Esos lugares están llenos de resentidos sociales que te atacan si decís lo que con orgullo vos de buena fe hablás en primera persona, de lo que has hecho con tu vida, de lo que te ha costado lograr con trabajo y esfuerzo.



Eso siempre pasa tanto en la vida virtual como en la vida real, para el caso, aquí en Estados Unidos te quieren hasta matar si decís que tenés un grado universitario, porque la mayoría de los inmigrantes que llegan aquí son de extracción campesina (a quienes yo respeto mucho), o gente de la más baja calaña (a quienes no respeto ni mierda), descrita magistralmente por Horacio Castellanos Moya en su brillante libro El Asco, que nunca tuvo oportunidades en El Salvador y huyeron víctimas de la pobreza y la mala educación.

Entonces, cuando llegan aquí, consiguen un trabajo, nimio, alquilan un apartamento con alfombra, chimenea y timbre, compran un su perol, ya tienen un par de mudadas, van a una disco medio chusma los sábados, y con eso creen que tienen a Dios agarrado de los huevos, se les olvida que son los mismos chúntaros que en El Salvador han sido ignorados por la sociedad y apenas recordados por Dios; de manera que cuando ven a alguien con educación y actitud diferente, les recuerda su condición de comemierdas en El Salvador y te atacan quizás porque se sienten amenazados con sus trabajos ordinarios que les vienen a velar a los gringos.


Los que la administración Cristiani bautizó con el ridículo mote de hermanos lejanos, ¡puá! Yo vivo en Estados Unidos, pero de ese mote me aparto, me agacho y revira contra.



Ni siquiera se dan cuenta los famosos hermanos lejanos que van a ser más hermanos mientras estén más lejanos, que sus familiares los van a adorar mientras les estén mandando remesas y basura de Estados Unidos, y que los políticos salvadoreños se van a gastar la mitad de sus gestiones en viajes chiches a Estados Unidos para venir a joder y a cabildear a congresistas y asambleístas (quienes les van a mandar a sus empleados a platicar con ellos, porque para esos politicastros salvadoreños ni tiempo tienen los titulares gringos), para que no dejen regresar a los chúntaros, con la paja de que vienen a velar por sus derechos, pero lo cierto es que vienen a implorar que se queden aquí porque en El Salvador nadie los quiere.

Por supuesto, hay excepciones, conozco y tengo muchísimos amigos salvadoreños en Estados Unidos y otros países del mundo que no caen en la categoría antes descrita, son emprendedores, solidarios, y altruistas, grandes ejemplos de superación en la tierra prometida, a esos yo soy el sapo que los envidia, no hablo de ellos, ellos solo merecen mi reconocimiento y respeto infinito, esos sí son, como dijo Roque Dalton, mis compatriotas, mis hermanos.

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