miércoles, octubre 14, 2009

LA NOCHE QUE CONOCI A SALARRUE





Linda la obra entera de Salarrué, me gusta la pintura del carácter del campesino salvadoreño que hace en un par de trazos, y no sólo me refiero al lenguaje, ya de por sí loable, sino su sicología simplista y de mundo estrecho del hombre de campo salvadoreño que Salarrué conocía a rabiar debido a su propia extracción campesina (Sonsonate, 1899), de allí que nadie se le compara: su genio y su experiencia personal trajeron como resultado una obra al mismo tiempo inédita e irrepetible, de allí su éxito merecido como el mejor narrador costumbrista de El Salvador.

Lástima que no tuvo proyección universal, porque, para mí, Salarrué es más merecedor del Premio Nóbel que el guatemalteco Miguel Angel Asturias (se lo otorgaron en 1967), pero éste estuvo en la jugada (vivió en Europa por muchos años), Salarrué no, a lo más lejos que llegó fue a Washington y Nueva York, y allí no hay mucho ambiente literario.

Finalmente comparto que yo tuve la suerte privilegiada de conocer a Salarrué en persona.

Poco tiempo antes de su fallecimiento le entregaron un doctorado HC a Claudia Lars en la Univesidad Nacional. La ceremonia se dio en la Biblioteca Central y fui de metido a presenciar el gran evento.

Allí estaba Salarrué, lindo viejo chelón, sentado, atento, viendo que galardonaban a su gran amiga (otra ninfa de la literatura salvadoreña.)

No le hablé a ninguno de ellos, en ese período de mi vida (creo que era 1974), con ver de lejitos a las celebridades me conformaba, maldita timidez de juventud de mi parte, porque si hubiera sido hoy, les juro que les pido a los dos su autógrafo y una pose con ellos para tener un crédito atesorado con dos orgullos salvadoreños por el resto de mis días.

No hay comentarios.: