ESA PUTA SELECCION ME HIZO LLORAR ANOCHE

Ya había comenzado el juego cuando lo agarré en vivo en la Internet, también ya nos iban dando verga dos a cero, no es necesario decir que le eché una puteada a todos y cada uno de los jugadores por tataratas, pero seguí viendo el mascón y cortando clavos para que no les metieran otro porque, la verdad, no le hallaba sentido al juego que estaba haciendo la Selección en el primer tiempo.

Puta y en el Cuscatlán, vale verga con esos inútiles de mierda. (puteada paternalista, nada con encono, pero seguí viendo el mascón.)

Entrado el segundo tiempo me quedé sorprendido de mi capacidad en el arte de putear a un árbitro cuando el hijueputa mexicano que dirigía el partido se dejó sorprender por la pantomima que hizo un  caribeño al tirarse a la grama: "Vaya mierda, de tres a cero no nos levantamos ni por la gran puta..." Pero como lo que fácil viene fáci se va, vino el morenito y sacó el tiro de penal más lindo que he visto en mi vida, como dos kilómetros arriba de la portería de Juanjo: "Sues verga hijosdeputa!

Después el árbitro ijueputa (así, sin "h", ese serote no merese ni que se escriva de el con vuena ortografia!), no pita tres pénales evidentes a favor de El Salvador y si no es que me detiene mi mujer, vía satélite le hubiera zampado hundillazo en la mera chontoca por hijueputa! Palabra que ese cabrón me tenía emputado! 

El tiempo pasaba y en las postrimerías cayó la primera joya del bicho Osael Romero, qué tiro más talega hizo ese cipote, al mejor estilo de Hugo Sánchez y Maradona en sus tiempos de oro. Sentí mi corazón tranquilizar porque pensé que al menos el del honor ya lo habíamos salvado.

Pero luego un tiro libre desde el punto de donde le metimos el tiro libre a Panamá el año pasado, me hizo erizar la piel desde antes de que el bicho Osael tomara distancia (confieso que yo quería que fuera Cheyo el que probara al portero), y la siguiente cosa que oigo fue la puteada de un vecino gringo que pensó que ya había llegado el big one, o sea el terremoto que se espera en California por la Falla de San Andrés, por los gritos y la pataleadera que me agarró cuando vi que la pelota se metió hasta donde nacen telarañas en la portería caribeña.

empecé a medio llorar de la gran emoción, y luego cuando vi que los gringos le dieron verga a México, entonces si lloré a moco tendido.