jueves, octubre 17, 2013

GRACIAS, DORA OLIVIA, POR EL GRAN SALVADOREÑO


Hace más de treinta años yo compré este libro directamente de uno de sus coautores, Hildebrando Juárez, en Santa Ana, y lo atesoraba como a un diamante.

En 1990, cuando me preparaba para un viaje a El Salvador, eché un vistazo en mi mini biblioteca para sacar un libro que me hiciera menos aburridas las cinco horas entre San Francisco y Comalapa. Pues nada mejor que El Gran Salvadoreño para, no solo matar el aburrimiento, sino para ni siquiera sentirlo en un vuelo de "ojos rojos", como les llaman los viajantes a los que van a durar toda la noche.

El libro, además de una joya literaria, es una joya histórica no solo porque narra la vida de un ícono del fútbol nacional, Raúl "Araña" Magaña, sino que objetiviza un período que ha pasado a la historia como la época de oro del fútbol salvadoreño, un período que inició y cerró una fase basada en la capacidad atlética, la conducta profesional dentro y fuera de la cancha, y la proyección internacional, que culmina nada menos que con la participación por primera vez de El Salvador en una Copa del Mundo. De ahí en adelante todo vino en picada.

Pues volviendo al tema del libro, estando en El Salvador, quién sabe dónde o cómo me descuidé, pero el caso fue que mi atesorado libro cambió de dueño. Perder un libro es algo que pasa muy a menudo y no se lamenta mucho porque siempre se tiene la opción de comprarlo, pero perder El Gran Salvadoreño fue para mí triste lamentable y viceversa, ya que no se volvió a publicar después de que se agotara la primera edición.

Siempre que viajaba a El Salvador e iba a ver al Alianza o a la Selección, y tenía la oportunidad privilegiada de ver al gran portero nacional en las gradas del estadio, yo aprovechaba la ocasión para recordarle sobre el libro y su respuesta era que solo le quedaba el suyo. La penúltima vez que lo vi en el Cuscatlán me dijo que había una esperanza que con el patrocinio del Banco Cuscatlán se produjera una nueva edición, y me aconsejó que estuviera pendiente. 

La última vez que lo vi fue en el Centro Comercial El Paseo en la Escalón, en donde Magaña se encontraba departiendo con el ariete mexicano conocido como "el abuelo" Cruz, con Jaime Rodríguez, y con el representante en esos días del Club San Salvador. Allí le volví a preguntar por el famoso libro, y, quien sabe si de verdad o para que lo dejara de joder, me dijo un lapidario "Ya hasta el mío vendí en mil dólares...!"

Luego vino el fin de los días del ídolo, y con él enterré mi esperanza de recuperar aquel valioso clásico literario-histórico-deportivo.

Ah, pero un buen día me hice amigo en FB de una destacada poeta salvadoreña de apellido Magaña que radica en Los Angeles , y aunque a menudo visitaba su entretenida página para degustar de uno que otro de sus poemas, y darme cuenta del quehacer de los artistas plásticos, músicos y escritores salvadoreños de la hermosa urbe, no había advertido que ella era la hija del Gran Salvadoreño. 

Hace unas dos semanas lo supe y ni lerdo ni perezoso me puse en contacto con ella para declararla heredera del bombardeo al que tenía sometido a su célebre padre. Pero Dora Olivia fue más lista y, para evitar la tortura, de inmediato me ha hecho llegar el libro que yo he extrañado por 23 años, y no solo eso, también me ha enviado su poemario ALBUM PARA AMARTE, PATRIA. Este día los recibí, y, la verdad, no puedo terminarlo más feliz.

En cuanto al costo, la aeda fue tajante en su respuesta: "Este libro no tiene precio" con lo cual me demostró no solo su arte poético, sino su generosidad a prueba de pruebas.

Dora Olivia, decirle muchas gracias es quedarse corto comparado con lo que yo le quisiera expresar, sin embargo, desde el fondo de mi alma MUCHAS GRACIAS☼ 

1 comentario:

Katt dijo...

Este libro fue escrito por mi padre, el poeta salvadaoreno Hildebrando Juarez. Mi padre falleció en 1984, y el libro ya no se publicó. Espero que lo hagamos algun dia.
Me alegro mucho que te guste. Yo recuerdo cuando Niña las largas horas de Raul y mi padre contando anécdotas e historias para ir tejiendo el texto
Un abrazo
Kattia Juárez
kattiah@yahoo.com