Estimadísimo maestro:
Me ha encantado haberlo encontrado por este medio virtual. Yo tengo la suerte de compartir su célebre nombre, y la fortuna de haber sido su estudiante en las clases de castellano y literatura en el colegio Salvadoreño Alemán de San Salvador en 1970.
Permítame agradecerle por sus luces e inspiración ya que en la actualidad yo me gano la vida también como profesor de castellano y literatura en un escuela secundaria.
Aunque me faltó el talento para llegar a su estatura, me sobra inspiración para agradecerle con el alma el ejemplo que de Ud. siempre recibí.
Me alegra saber que está disfrutando de buena salud junto a su querida familia, y espero un día poder saludarle en persona y tener la dicha de agradecerle por sus luces con un fuerte abrazo.
Alfredo Campos
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