Y todavía se ríe sin mostrar ninguna señal de remordimiento el muy cínico. Como si hubiera realizado una acción loable. Mejor los custodios se ahuevan de estar en la foto a la par de él. Quisiera saber cómo se sentiría él si lo mismo le pasara a su hija.
Todos los que culpan a la víctima son pobres pervertidos que con su actitud la vuelven a victimizar. ¿Acaso ser seleccionado nacional le daba licencia para convertirse en criminal y salirse con la suya? Este monstruo utilizó su celebridad para destruir una vida.
Y va a salir, porque la justicia en El Salvador es como una perra que muerde a los descalzos, pero a los calzados les menea servilmente la cola.
Sin embargo va a ser interesante cuando cada vez que toque la pelota en un partido la afición misma le pase el vale con mil epítetos merecidos por cobarde.
Lástima que en El Salvador hay una justicia de la 25 para arriba y otra de la 25 para abajo. Dale gracias a Satán que sos famoso, porque si fueras un salvadoreño común y corriente, te estaría esperando en Mariona un concierto de violines y uno que otro violoncelo.
¡Reíte del dolor mil veces maldito! ¡Gozá tu fechoría, rata de siete cloacas...!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario