jueves, junio 01, 2006

VIDA Y MUERTE

Cuánta ironía embarga de vez en cuando los vericuetos del destino. A veces pareciera que la vida se empeña en jugar un juego tan sucio que llega a dar asco!

Ayer me dieron dos noticias en la misma reunión, una para sentirme alegre y reir: mi colega Matt es padre de una hermosa bebecita. Nació ayer mismo.

Otra para sentirme triste y llorar: otro de mis colegas fue diagnosticado con un cáncer linfático perro. Se ve muy mal...

No supe qué pensar. Por un momento perdí noción de lo que ocurría en el salón. Este hombre está hechos de pedazos de cariño para todo lo que le rodea, yo jamás lo he visto enojado, ni siquiera serio. La risa, la palabra elogiante, la mirada alegre son la cuña de este gran maestro que llena de alegría todo lo que toca.

Es mi "good morning amigo!" todos los días en la High School. Normalmente nos encontramos por las mañanas en la sección del correo de la escuela. Con su alegría contagiosa me hace olvidar el más serio problema que yo tenga.

El año pasado tuvimos una gran experiencia colectiva ya que los dos recibimos el Golden Bell, premio a los educadores del condado de Marín.

Por supuesto él sí se lo merecía.

Todos en la reunión firmamos dos tarjetas: una dándole la "bienvenida a la vida" a una bebita bella; otra casi diciéndole adiós a alguien que te hace dar gracias a Dios cuando estás a su lado.

La vida es una constante de ironías que...¡Para qué seguir!

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