Carbilio Tomasino, Abel Salazar Rodezno y Narciso Hidalgo y Zeledón.
Siendo yo aun niño escuchaba su nombre y voz por la radio. Tenía un espacio de opinión, creo que en la Radio Cadena YSU, que se llamaba: "Pensándolo bien..." Mi papá no se lo perdía nunca, y lo citaba con frecuencia en sus conversaciones.
De esta manera, cuando ya como estudiante de derecho, yo lo llegué a conocer en los corredores de la Facultad, y más adelante en los corrillos de los tribunales, siempre volvía mi mente a mis años de infancia asociando aquella figura blanca y robusta, con la voz cromada y modulada que tantas veces llegó a mis oídos a través de las ondas sonoras.
Yo lo traté a distancia. Como persona era ameno y cordial, pero pocos como él cuando se trataba de poner a prueba sus polifacéticas dotes jurídicas. Siempre recordaré su defensa, en un Tribunal de San Francisco Gotera a principios de los setenta, del historiador y filósofo Lic. Juan Mario Castellanos, (quien también nos dejó hace un par de meses en San José, Costa Rica), acusado en aquella ocasión de haber causado la muerte de su novia Jenny Lissette Valdivieso Tovar.
Salazar Rodezno y el exquisito penalista Dr. Rodolfo Antonio Gómez, también lamentablemente fallecido siendo aún muy joven, hicieron sendas magistrales intervenciones dignas de apuntarse con letras de oro en la historia de la defensa penal de El Salvador. A pesar de que la Fiscalía había enviado a un equipo de estrellas encabezado por el brillante Fiscal Específico, Dr. Damas, el veredicto a todas luces fue absolutorio.
Pero su pensamiento jurídico tuvo también espacio en materia del Derecho Internacional. Salazar Rodezno participó en la Comisión de Límites de la desafortunada disputa territorial con Honduras a principio de los noventa, en la que un Tribunal de La Haya nos dejó con una resolución desfavorable por razones que no tuvieron nada que ver con la gran actuación de nuestra representación.
Talentoso en la palestra y acucioso en el periodismo que también practicó con acierto y objetividad. Como si todo lo anterior no fuera suficiente, también fue connotado escritor. Discernió en sus escritos sobre tópicos de Derecho Penal y hasta de crítica social nacional e internacional, siendo famoso su título ESTADOS UNIDOS, EL HOLOCAUSTO DE UN COLOSO, (que originalmente había titulado El Ocaso de un Coloso), en el que mostró su pensamiento mordaz sobre la máxima potencia mundial del siglo XX y principios del XXI.
Como dato curioso (que yo nunca supe si lo hacía en broma o en serio, pero se lo creí), se decía descendiente del héroe nacional capitán General Gerardo Barrios.
Descanse en paz Dr. Abel Salazar Rodezno, gracias por todo lo que hizo por El Salvador. Hombres como Ud. no se entierran: se siembran.
1 comentario:
Me ha encantado, el para mi fue una gran persona, de admiracion y cuando hablaba con el todo lo que salia de su boca era historia, enseñanzas y buenos consejos.
Lo extrañamos mucho.
Gracias por hacer este maravilloso blog.
Nieta de Don Abel Salazar Rodezno.
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