Si el 5 y 6 de junio de este año tienes la oportunidad de mirar al cielo con unSolarscope, no dejes de hacerlo. Si crees que puedes retrasar la observación del evento astronómico que sucederá ese día te equivocas. O lo haces entonces o no lo verás más en vida... Salvo, claro está, que consigas sobrevivir hasta el año 2117.
En esas fechas, el planeta Venus realizará un tránsito sobre la superficie del sol. De esta manera, su perfil (un diminuto punto negro) pasará sobre el disco solar a medida que su órbita transcurre entre nuestro puesto de observación terrestre y el fondo del Sol.
Obviamente, este evento no puede observarse a simple vista. Todos conocemos los peligros de mirar al Sol sin protección, de ahí que vayas a necesitar la ayuda de de un pequeño solarscopio, un instrumento que actúa de filtro y proyecta una imagen del disco solar que sí podemos contemplar de forma inocua.
Como os decía antes, el próximo tránsito de Venus observable desde la Tierra no llegará hasta dentro de de 105 años, un evento que ocurre solo en raras ocasiones, concretamente cuando la Tierra y Vénus se alinean con el Sol. En la mayoría de las ocasiones, la órbita de Venus pasa por encima o por debajo, ya que se encuentra en un ángulo ligeramente diferente a la terrestre. A nivel personal, tuve la suerte de observar el último tránsito en el año 2004, y realmente es un espectáculo fascinante el de poder contemplar a plena luz del día un planeta cruzando frente al Sol. (Así se vió con la ayuda de un pequeño solarscope).
Este fenómeno siempre ocurre por parejas, en eventos separados por 8 años, tras lo cual las órbitas de ambos planetas impiden volver a contemplarlo en períodos que superan el siglo (variables entre 105,5 y 121,5 años).
El hecho de que los astrónomos pudieran predecir de forma exacta estos eventos se lo debemos a las teorías de Nicolás Copérnico del año 1543. No obstante, el primero en predecir con exactitud tanto el tránsito de Venus como el de Mercurio fue Johannes Kepler, quien en 1631 pudo verificar su teoría parcialmente al contemplar el de Mercurio. Para el de Venus en cambio hubo que esperar a 1639, cuando el británico Jeremiah Horrocks tuvo el privilegio de contemplarlo desde Lancashire. ¡Historia viva de la astronomía! En 1769, por ejemplo, un joven capitán Cooke observó el tránsito desde la isla de Tahití. El punto exacto donde sucedió se conoce hoy en día como Punta de Venus.
Hay que destacar que los científicos aprovecharán el evento para realizar ensayos útiles con el objetivo de descubrir exoplanetas. No se si lo habías pensado, pero el cielo te da una oportunidad para sentirte afortunado; si te perdiste el primero de los dos tránsitos de este ciclo de ocho años, ahora tienes ocasión de enmendarlo. O lo haces ahora, o no tendrás ocasión de hacerlo en vida.
Leído en Science Daily.
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