miércoles, febrero 29, 2012

GARCIA MARQUEZ: DISCURSO MARCA PREMIO NOBEL


La soledad de América Latina
[Discurso de aceptación del Premio Nobel 1982 -Texto completo]

Gabriel García Márquez

Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen.

Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonios más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los Cronistas de Indias nos legaron otros incontables. Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro.

La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas.

Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetus que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi los 120 mil, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encintas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 mil muertes violentas en cuatro años.

De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América latina, tendría una población más numerosa que Noruega.

Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad.

Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes.

No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo.

América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental.

No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad.

Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos, y entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios.

Un día como el de hoy, mi maestro William Faullkner dijo en este lugar: "Me niego a admitir el fin del hombre". No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.

Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido.

Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos.

En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía. Muchas gracias.

lunes, febrero 27, 2012

EN CAMPAÑA CON SCHAFICK-COLLAGE

En mi más reciente viaje a El Salvador tuve la oportunidad de oro de saludar en persona a quien llevará las riendas edilicias de San Salvador a partir del próximo 11 de marzo.

Fue una tremenda alegría también saludar a personas que trabajarán con él para hacer de mi capital un orgullo mundial.



Con Jorge Schafick, el futuro alcalde de San Salvador


Mi hermanito Guillermo, candidato a concejal en el equipo de Shaffick. Mejor opción no pudieron tener pues mi hermano es capaz, responsable y socialmente sensitivo.


El futuro Alcalde y su esposa hacen acto de presencia en las instalaciones del gimnasio del complejo deportivo Universitario de San Salvador


Con la leyenda de la radiodifusión deportiva, Dr. Orlando Canjura Urrutia, y el destacado DT de fútbol, Prof. Oscar Emigdio Benítez


Con mi amigo y colega, Lic. Rafael Peña Marín

Con las leyendas del fútbol nacional: Manuel "El Lobo" Ramos (mi amigo de toda la vida), y Carlos "El Cacho" Meléndez

lunes, febrero 13, 2012

MUY AGRADECIDO JC

Mi estimado y respetado amigo JC Conde Orgaz, el bloguero de más alto nivel pensamental en la blogósfera salvadoreña, ha escrito toda una pieza histórico literaria en su prestigioso blog, motivada por un post mío, y pocas veces en mi vida me he sentido más halagado. Se puede leer aquí:

¿Interviene Dios en la Historia? Plan de un respondens


Aquí mi reacción preliminar

Esto no es una respuesta a tu discurso actual ya que estás pendiente de darme las respuestas a mis dudas en forma de preguntas, que planteo en mi post en relación a Dios y el Holocausto, la Segunda Guerra Mundial y la bomba atómica. Esto que escribo es más bien mi “darme por notificado” de tu respuesta y de paso un agradecimiento por un honor que me has otorgado. Elaboro:


¡No puedo salir de mi asombro! Me he andado pellizcando todo el día para despertar, si acaso es un sueño el que JC Conde Orgaz, el bloguero (en mi opinión), de más alto nivel pensamental en el mundo de las bitácoras salvadoreñas, haya invertido más de un mes investigando, escudriñando y ponderando información, y encima haya dedicado tiempo y energía para finalmente crear una joya de discurso (que no termina aún), todo para responder a un para de bagatelas que yo escribí en mi blog.

Estos discurso y la mención de mi nombre en repetidas ocasiones en ellos, me hacen sentir privilegiado no sólo por haber escrito el post, sino de haber concebido la idea de crear el sitio. Que haya motivado tu ponencia le da más valor a mi blog que todo lo que yo he escrito (cosas mías y ajenas), en seis años.

De nuevo, esta es solo una nota de agradecimiento JC, la posible respuesta para continuar el debate va a venir cuando concluyas tus discursos sobre el tema.

Un abrazo, bro☼

sábado, febrero 11, 2012

ESTRENO DE HUELLAS DE AMOR (DO IT FOR THE CAT)



En el tradicional show de talentos que se celebra anualmente en el auditorium de San Rafael High School, este año estrené mi canción Huellas de Amor (el mismo título de la del Clasic IV y Oski Olano, solo que esta, tanto la música como la letra son de mi autoría. Por cierto lleva una parte en inglés, también de mi autoría, ésta se llama: DO IT FOR DE CAT (Hazlo por el Gato...)

Esta noche de 10 de febrero de dos mil doce, la cantamos con mi clase de Español Avanzado y fue muy divertido porque estos monos (más las bichas), le ponen pimienta y la rola pasa de la tristeza a la joda.

God! Me encanta mi parte de músico☼

jueves, febrero 09, 2012

VICENTE FERNANDEZ SE RETIRA DE LOS ESCENARIOS


AGENCIAS
Miércoles, 8 de Febrero de 2012

El charro de Huentitlán, Don Vicente Fernández, dejó a la prensa internacional con la boca abierta, esto al anunciar su retiro de los escenarios con su última gira mundial, que incluye Centroamérica, Estados Unidos y Europa, informan esta noche medios del espectaculo.

"Yo cuando tomo una decisión es definitiva, entonces estoy pensando que esta ida a España, Centro y Sudamérica es la última vez que voy a tener la oportunidad de agradecer el cariño, la presencia del público", dijo Vicente Fernández.

"Pero un artista necesita retirarse con mucha dignidad, en el mero momento, y yo creo que en este año voy a despedirme de todos ustedes, de todo el público de Centro, Sudamérica, voy a despedirme de España, por el cariño que me brindaron por muchos años", añadió Vicente Fernández.

Don Vicente está consciente de que tiene una carrera que forma parte de su vida cotidiana, misma que le va a dejar grandes recuerdos.

"Pues mira, lo que más voy a extrañar es el cariño del público, pero por el cariño del público, no quiero que un día digan, -no, ya Don Vicente ya no canta, anda causando lástimas-", agregó el charro de Huentitlán.

"Yo creo que la decisión que tomé ahorita que me preguntaste, la tomé ahorita, así soy, la tomé ahorita, de retirarme, es la última vez que voy a Venezuela, Colombia, Caracas, a Estados Unidos en México, pero quiero que sepan que me voy, con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley, no tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey", aseguró Vicente Fernández.

Vicente Fernández estará de gira todo este 2012. Al término de ésta continuará trabajando en el estudio componiendo grandes éxitos, disfrutando de su esposa e hijos, retirándose por completo de los escenarios, pero estará abierto a invitaciones para participar en televisión.

Acá entre nos, uno de los éxitos de ese mexicano

lunes, febrero 06, 2012

EL SAPO Y LA LUCIERNAGA

Esta fábula de Hartzenbusch la leí por primera vez en 1971 en el libro El Hombre Mediócre de mi admirado filósofo argentino José Ingenieros, y me impresionó ad infinitum. Dice más o menos lo siguiente:

Una brillante y alegre luciérnaga volaba por la floresta y al observarla un sapo, dio tremendo salto, la alcanzó y la aplastó. Antes de fenecer la luciernaguita le preguntó al sapo:

-¿Por qué me aplastas...?

A lo que el envidioso sapo respondió:

-¡Porque brillas!

Antes de pensar a cuál de mis semejantes le podría quedar a la medida el cáustico mensaje, busqué el envidioso que instintivamente había dentro de mí. Busqué el sapo que existía en Alfredo Campos y traté de dominarlo para tratar lo mejor que podía de erradicarlo de mi alma.

La vida me ha enseñado no solo a no sufrir porque otro brille en cualquier area, material o espiritual, sino a alegrarme genuinamente de que así sea.

En la vida mucha gente brillante se ve acosada por tanta mediocridad y tanta envidia que les acaban asfixiando. Por eso antes de ponerle atención a que alguien envidie algo de mí, soy más cuidadoso de no ser yo el que envidie algo de alguien.

No soy santo, tengo defectos que me encantan y hasta los disfruto. Pero gracias a Dios que el defecto-pecado de la envidia no lo guardo en mi corazón, y por eso SOY FELIZ!!!!

CHARLES DICKENS, DOS SIGLOS DE LITERATURA


Diandra Mejía escena@elsalvador.com Domingo, 5 de Febrero de 2012

Mañana se conmemoran 200 años del nacimiento de Charles Dickens, el famoso novelista inglés y principal escritor de la era victoriana.

La influencia cultural de este personaje ha sobrepasado el tiempo y las fronteras. Su aguda crítica social lo convirtió en un icono de la literatura universal.

Las obras de Dickens gozaron de mucha popularidad y hasta la fecha actual se editan constantemente. Este autor (1812-1870) escribió novelas por entregas, un formato usual en su época, ya que no toda la gente poseía recursos para comprar un libro.

Sus novelas fueron publicadas en los periódicos Master Humphrey's Clock y en el Household Words.

Cada entrega era esperada con entusiasmo por sus lectores nacionales e internacionales. Dickens fue y sigue siendo venerado como un ídolo literario por los escritores en todo el mundo y sus obras han inspirado al cine y al teatro.

Dentro de sus novelas más representativas están: "Los papeles póstumos del Club Pickwick" publicada en 1836, "Oliver Twist", escrito entre 1837 y 1838. A esta obra siguieron "Nicholas Nickleby" en 1838 , también "El almacén de antigüedades" (1840–1841).

En 1843 escribió "Un Cuento de Navidad", y en 1850 publica en volumen único "David Copperfield". Otro de sus textos más populares fue la sátira oscura de "La Pequeña Dorrit" escrita en 1855.

Según el director de teatro Roberto Salomón, Dickens es importante porque enfrenta la vida y cuenta la verdad, además muestra lados de la sociedad que ésta quiere olvidar y se preocupa por los destinos de las personas que creían no tener destino.

"Considero que sus personajes logran encarar la vida con gran fuerza y sobreponerse a obstáculos que están por aplastarlos", comentó el director de teatro.

Para Carmen González Huguet, escritora y poeta, "Dickens supo retratar de manera verosímil y exacta la Inglaterra victoriana, y especialmente el Londres del siglo XIX como un lugar bastante peligroso y sucio.

"En 'David Copperfield' y 'Oliver Twist' su denuncia del trabajo infantil en las fábricas de la revolución industrial ha sido muy importante, Dickens vivió en carne propia la desgracia de ser un niño trabajador, en una época cuando la jornada laboral podía durar diez o más horas", explicó Huguet.

La escritora también añadió que el estilo de Dickens es sumamente irónico, y asegura que el este autor tiene un maravilloso sentido del humor.

"Algunos de sus personajes saben ser amigos leales. Otros, especialmente personajes femeninos, tienen una gran nobleza y abnegación", agregó.

Según Rossemberg Rivas, director artístico, "los espacios escenográficos de Dickens brindan una paleta de opciones de información que el artista del espacio decide como recrearlo".

"En comparación con otros autores Dickens ofrece móviles visuales que dejan claro tiempo, espacio y temperatura. El perfil de los personajes de Dickens es el fiel amante de los espacios que él mismo crea, para acompañarnos; ni más luz, ni menos aire, ni más brillo, ni menor obscuridad, las épocas son claras", comentó Rivas.

También añadió que la propuesta de valores de Dickens convierte sus páginas en espejos para que el lector se reconozca a sí mismo.

Por otra parte , Napoleón Belloso, director de Estudio Teatro Caretas, junto a su elenco ya han montando una adaptación de "Un Cuento de Navidad".

" Nos interesamos en interpretar una obra de Dickens porque este autor visualiza como el sistema aristocrático de la época logró marginar las fuerzas productiva de la sociedad", comentó Belloso.

Belloso agregó que para presentar esa producción realizaron una investigación y se basaron en un guión hecho por el escritor Francisco Andrés Escobar.

"Nosotros la adaptamos a una versión moderna, la hicimos más dinámica y actual y a esa versión la llamamos: "Sueño de Navidad", en donde le impregnamos nuestra propia dramaturgia actoral", añadió el productor.

Para el actor y productor de teatro Omar Renderos, los personajes de Charles Dickens se encuentran en medio de una transición entre el romanticismo y el realismo social y develan una amplia necesidad de transformación del pensamiento a través de valores humanos universales como la solidaridad, la amistad y la equidad.

Celebración a lo grande

El natalicio de Dickens también ha movilizado a Inglaterra con un gran número de actividades entre las que destacan programas culturales y homenajes.

En este mes el Instituto de Cine Británico proyectará una retrospectiva del autor titulada: "Dickens en pantalla". Además el pasado 28 de enero se realizó la reapertura de la casa-museo en Portsmouth, Inglaterra, la cual será centro de los festejos durante todo el año.