Como tiene un espíritu aventurero y vivaz, a mi hija Lalita se le ocurrió ir a Alemania a vivir el Mundial. Metió un par de maritates en una maleta y se fue a Hamburgo, una de las ciudades sedes del más grand evento del planeta.
No encontró boletos para entrar al estadio, pero igual, vivió la emoción en las afueras!
Ah y se llevó también a su super amigo Tommy!
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