domingo, agosto 10, 2014

CON ANGELES EN LOS ANGELES

En mi último viaje al sur de California yo llevaba dos objetivos específicos, uno era asistir a un Seminario para profesores de español en la ciudad de Palos Verdes, en el area de Los Angeles; el otro, encontrarme con amigos a quienes yo les debo mucho respeto, admiración y amor filial: Rosie Martínez, Ray Laínez y Ricardo García O'meany y su compañera Dora Olivia Magaña.


El Seminario bien lo pude haber tomado en la mundialmente famosa Universidad de Stanford aquí en el Area de la Bahía de San Francisco. No habría gastado en hotel, ni en comida, ni en transporte, y habría recibido un certificado de tremendo prestigio. Pero me habría privado de tener un contacto directo con mis amigos, y estas reuniones bien valieron la pena el renunciar a las otras comodidades.


ROSIE MARTINEZ


El lunes 4 me reuní con esta gran señora con quien entablamos amistad virtual en el 2010 a raíz de mi creación de la página de Las Buenas Epocas. La falta de arrrogancia y la sencillez caracterizan a esta ejemplar mujer que ha enfrentado la vida y sus vicisitudes con coraje y determinación. No habían transcurrido cinco minutos de conversación y ya teníamos la sensación de que nos habíamos conocido de toda la vida. Y es que el destino nos anduvo acercando desde El Salvador pues fuimos vecinos sin llegarnos a conocer.

Luego de una caminata por Long Beach, una suculenta paella en el restaurante

Sevilla de la linda ciudad, y degustar un delicioso postre en una pastelería cinco estrellas, nos despedimos con la certeza de que nos seguiremos reuniendo tantas veces como podamos por el resto de nuestros días. Fue lindo conocerte cutie, thank you for such a wonderful evening.

RAY LAINEZ


Hemos sido amigos y vecinos en nuestro barrio de San Salvador desde 1959. Hablar de este hombre es reconocer su influencia en mi propia formación. Después de 28 años de no estar en contacto físico nos reunimos de nuevo el martes 5 y pareció que sólo el día anterior nos habíamos despedido. Los temas sobraron, las carcajadas, recuerdos y actualidades se agolpaban en una conversación que no tenía un tema definido, simplemente pasábamos de una cosa a otra sin importar cuán inconclusa había quedado la temática previa.

Llegamos a la pupusería Mi Querido Pulgarcito (o algo así), en el area salvadoreña de Los Angeles a eso de las seis y media de la tarde, y cuando nos levantamos a las diez de la noche parecía que hacía un minuto habíamos llegado (Oh Einstein y su teoría de la relatividad...! El tiempo pasa rápido o lento dependiendo de lo divertido o triste que esté pasando a tu alrededor), ya tenemos planes para la próxima reunión.

RICARDO GARCIA O'MEANY


El miércoles nos reunimos en el restaurante de comida salvadoreña Jaraguá, con mi amigo Ricardo y las hermanas Dora Olivia y María Inés Magaña, hijas del legendario Raúl “Araña” Magaña, el mejor portero nacido en El Salvador, y uno de los referentes en Centroamérica en esa posición.

Conociendo mi amor por mi equipo Alianza y lo que significa para mí el respeto a la memoria de su padre, Dora Olivia trajo a la reunión un número de preseas y credenciales que habían pertenido a él. Francamente aquellos símbolos de carácter mundialista hicieron la conversación surrealista.

El tema principal fue el Gran Salvadoreño, sus triunfos deportivos nacionales e internacionales; pero algo mejor que eso fue el haber penetrado en la vida familiar del legandario portero y conocerle como padre, esposo y amigo. Aquella conversación me hizo también a mí sentir una medalla de oro en mi pecho aliancista. Gracias a Dora Olivia y a María Inés por haber compartido tantos momentos de intimidad de la historia familiar.

Por la mañana me ilustraba en estrategias para ser mejor profesor, y por las tardes compartía tiempo de calidad con mis queridos y respetados amigos. Todo aunado con comida española, pupusas, plátanos fritos, crema y frijoles, hicieron que esta semana marcara un hito en la historia de mi vida.

MUCHAS GRACIAS AMIGOS...!

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