Los cafres que abuchean a Sosita por una razón más que estúpida, son los mismos que en 1963 abuchearon a Raúl "Araña" Magaña por un miserable error que cometió en la cancha jugando con la Selección Nacional contra Costa Rica en el Primer Norceca. Con la diferencia que el gran portero no se le ahuevó a ningún arrastrado, al contrario, dijo publicamente que la afición de El Salvador era la más inculta del mundo y se fue del país a jugar a Canadá y a Guatemala, a consagrarse en tierra ajena en donde cosechó solo elogios, siendo reconocido con el mote de "El Gran Salvadoreño". Magaña solo regresó a El Salvador a pedidos de Carrasco Vivanco para unirse al Alianza F.C. y formar la inmortal Orquesta Alba. Aún así, pasó más de un año mostrando su desdén a la chusma que a estas alturas ya lo respetaba, a excepción de uno que otro troglodita que aún le rechiflaba.
No saludar a la afición más inculta del mundo cuando ingresaba a la cancha en fila india con el Alianza fue su determinación. Al pisar el engramado se iba de un solo a calentar a su portería sin ir a levantar las manos al centro. Hasta que llegó su gallarda actitud a conocimiento de la Asamblea Legislativa y por Decreto lo han obligado a saludar a la plebe que ya consagrado como el mejor portero de Centroamérica, lo aclamaba.
No se ahueve Herbito, yo sé que Ud. está leyendo esta nota y métase en la cabeza que Ud. es muy superior a esa retahila de indios fasistas y aguiluchos que le quieren hacer la vida imposible en la cancha, solamente porque Ud. dijo su verdad, porque Ud. demuestra el carácter de un jugador de criterio dentro y fuera de la cancha.
Ud también ha tenido la gallardía de reconocer su error y siendo de gente educada, disculparse, ya lo ha hecho, pero hasta allí llegue. El que le siga abucheando solo demuestra que pertenece a esa categoría que el Gran Salvadoreño calificó como la afición más inculta del mundo. No les ponga atención porque los que lo abuchean no son salvadoreños, pudieron haber nacido en nuestro territorio, pero quien se atreve a abuchear a un soldado que está defendiendo a nuestra patria puede llamarse cualquier cosa menos salvadoreño.
Siga jugando como Ud. lo hace porque Ud. pertenece a una generación que está sacando del marasmo que futbolísticamente ha sufrido El Salvador por ya más de treinta años.
Los que amamos a nuestro país, que somos la mayoría, a Ud lo aplaudimos, apoyamos y animamos a que siga adelante porque Ud. ha nacido para cosecharle mucha gloria a El Salvador. Ud solito en una balanza pesa mil veces más que toda esa chusma junta.
Adelante Herbert Sosa, LA GLORIA TE PERTENECE!
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