Cerca de un millón de gente visita la torre cada año.
Huguito y mi vieja posan en el observatorio.En el nivel de podio los visitantes puden disfrutar un admirable video fantástico llamado el Oz Trek que te lleva en un viaje virtual sobre Australia que nosotros no vimos porque ya lo habíamos visto en la Torre Rialto en Melbourne.
Relaxing en el observatorio más alto del hemisferio sur. El Harbour Bridge a la izquierda y La Casa de la Opera a la derecha desde la Torre, hace que los tres referentes de Sydney aparezcan en la misma foto. Solo Huguito podía hacer esta genialidad.El observatorio tiene cuatro niveles: en el primero hay un restaurante a la carta; en el segundo, un restaurante bufet; el tercero nos muestra una cafetería, y el cuatro es el nivel de observación mismo.
Sobre el observatorio han instaldo un tanque con 35,000 galones de agua que sirve de estabilizador para días de viento.
El mastil en que está inscrustado el nivel de observación está diseñado para resistir vientos de esos tan fuertes que llegan a la tierra solo cada quinientos años, lo mismo que el más inusual terremoto.
Impresionante vista del estadio de Sydney desde la torre.El mástil está apoyado por 56 cables de siete toneladas de peso cada uno, se sabe que si se colocaran uno a uno acapararían una distancia como la de Sydney a Nueva Zelandia.
Los ascensores llevan en 40 segundo del primero al último de los 76 pisos que tiene la torre.
En nuestro penúltimo día, Huguito nos llevó a visitar esta maravilla de la arquitectura moderna.
El movimiento de las nubes hizo que mi mujer viera que la torre venía para abajo en un fenómeno de percepción visual que de veras fue chistoso.
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