"Los hacelotodo..."
ROQUE DALTON.
De todos los roles que yo he desempeñado en la larguísima historia de mi vida, (que van desde abogado a limpiador de moteles), el más extraño (pero muy disfrutado), fue el de actor de teatro.
Ocurrió a mediados de 1988. Dios, cómo gocé esos tres meses al lado de un grupo de talentosos amigos, todos salvadoreños, con quienes nos reuníamos cada fin de semana en un local en el área de la Mission de San Francisco, a ensayar poemas de Roque Dalton, y una corta obra de teatro: EL MEETING, dedicada también a nuestro vate máximo; y creada por la artista de talentos múltiples, y honrosamente mi amiga, Martivón Galindo.
Nos dirigía la actriz Hilda Lewin, orgullo nacional, quien con suma seriedad y paciencia nos transmitía sus conocimientos, y con estoicismo soportó alguno que otro dolor de cabeza provocado por no hacer las cosas tal como ella nos las trataba de transmitir. Esto ocurrió particularmente al principio de los ensayos, porque pasados un mes y medio, todos los involucrados habíamos hecho una química asombrosa, y nuestros papeles rayaban con la perfección, en mi opinión.
No nos aguantábamos porque se llegara el día de nuestro debut en el mágico mundo de las tablas, y cuando al fin llegó irradiábamos entusiasmo y emoción a borbotones.
Hicimos dos presentaciones a casa llena en el prestigioso Mission Cultural Center de San Francisco, y nuestro éxito fue de tal magnitud, que, hasta donde yo recuerdo, fuimos solicitados por organizaciones comunitarias de salvadoreños en Los Angeles y Nueva York. Invitaciones que, agradecidos, amablemente declinamos porque todo aquello era solo un pasatiempo (uno de lujo) para nosotros. No se trataba de una compañía de teatro profesional que podía ir en gira por el mundo. ¡Pero cómo me habría encantado que lo hubiera sido!
Con Hilda Lewin |
Por mi parte la mejor recompensa a mi "histrionismo", la recibí un par de años más tarde cuando en un almuerzo con Hilda Lewin, en un restaurante salvadoreño de la Mission, la genial actriz me reveló lo siguiente: "Alfredo, yo no se lo quise decir en aquellos días, pero Ud. fue el actor principal, y el que mejor desempeñó su papel en el grupo."
Nadie puede imaginar el efecto que las palabras de la respetada actriz causaron en mi mente. Baste decir que desde entonces pienso que Richard Burton, Marlon Brando y los hermanos Soler, son cosa de risa, comparados con el "primer actor Alfredo Campos..."
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