A
LA POESIA
Mi amor por ti tiene implicaciones metafísicas,
porque nadie se ha puesto de acuerdo
sobre cómo se mira el mundo contigo a cuestas.
Pero en el sentido más amplio,
poesía,
yo te agradezco
que me hayas acogido en tu seno sin protestar,
aunque no me sienta en la más mullida comodidad.
Especialmente por estos días
en los que por andarme metiendo
en camisa de once varas
(por eso de hablar en favor
de los que no tienen petate en qué caer muertos
y comen tortilla con sal los tres tiempos
a pesar de lo caro de la sal y las tortillas)
me anduvo venadeando la de azúcar
y me salvé de un plomazo entre ceja y ceja,
el desapareciemiento o,
en el mejor de los casos,
una soberana talegueada por andar de comunista
(según la autorizada opinión del coronel Golcher.)
Mas como nunca me pudo ser indiferente
que los cipotíos en El Salvador
se murieran de desnutrición antes de cumplir cinco años
en proporciones alarmantes;
y que mataran de choto a pobres
que luchan por defender a otros pobres.
Aquí me tenés contando el cuento fuera de la Patria.
Y como para poseerte,
¡Oh nucleo y esencia de la belleza!
Habitante de infinitos brumosos,
encanto y éxtasis de almas soñadoras,
amor mío de rostro silencioso;
solamente se necesita quererte como te quiero,
yo te poseo, poesía...te poseo.
Otawa,
Canadá, junio, 1986
No hay comentarios.:
Publicar un comentario