Grandes de la música. Esta es una fotografía de mayo de 1984 en la que se aprecia en concierto a Carlos Santana junto a Bob Dylan y Joan Báez.
“De mí me gustaría que dijeran: ‘Era un músico y una persona iluminante, nos hacía recordar que nosotros también somos una chispa de luz que no se puede apagar’”, ha dicho el guitarrista Carlos Santana a su paso por Madrid, solo una semana después del fallecimiento de la más célebre guitarra flamenca, a quien considera un talento “inmortal” como Jimmy Hendrix, Django Reinhardt, Bob Marley o Michael Jackson.

Considerado él también uno de los mejores guitarristas del mundo, con casi medio siglo de carrera a su espalda, Santana bromea y asegura: “Apenas estoy comenzando”.

“Aunque mi cuerpo tenga 66 años, cuando empiezo a tocar y sale el amor, tengo 14”, reivindica este hombre para quien “el espíritu y el alma no tienen edad y no la reconocen” y que, con su vigésimo tercer disco de estudio, titulado “Corazón”, que se publica el 6 de mayo, regresa con bríos renovados para su público.

“Haciendo este disco tuve una vibración similar a cuando hice ‘Supernatural’ (1999). Desde el comienzo sentí una intensa frecuencia y creo que va a ser como una ola universal que llegará a todos”, asegura, recordando uno de sus más célebres álbumes, distinguido con nueve premios Grammy.

Como aquel, “Corazón” (RCA/Sony Latin Iberia) está lleno de importantes colaboradores, aunque en este caso comparten su origen latino, con representantes de muchos de los rincones del mundo donde la música se siente desde el órgano “más importante del cuerpo”.

“La mente alberga muchas dudas, pero el corazón nada más abraza el fuego, porque es la casa de la luz”, explica Santanta sobre el título.

El proyecto, que fue una idea de su mánager, comenzó por la búsqueda de canciones y, a partir de ahí, buscaron a aquellos intérpretes “a los que mejor les cayesen esos zapatos”.

“Para mí esa gente es una inspiración. Son puro entusiasmo, chispas en los ojos y tienen una furia y un hambre de amor”, destaca sobre aportaciones como las de la mexicana Lila Downs, el jamaicano Ziggy Marley y las de los argentinos Los Fabulosos Cadillacs (“Mal bicho”) y Diego Torres (“Amor correspondido”).

Sobresale la colaboración con el colombiano Juanes en una nueva versión de “La flaca” de Jarabe de Palo, a la que han conferido el espíritu blues de John Lee Hooker. “Es más que una canción ahora, es un encanto divino y desnudo”, opina.

Otra importante presencia es la de Gloria Estefan, a quien conoce desde 1985. “Nos tenemos mucho respeto mutuo. Trabajar con ella siempre es fácil, porque no estamos para competir, sino para complementarnos”, cuenta.

Están además Pitbull, Romeo Santos y Miguel, que pertenecen a esa segunda generación de hispanos en Estados Unidos y representan, a su juicio, “la voz del momento”.

“Me gusta hacer música que llega a abuelos, abuelas, madres, padres, jóvenes y niños chiquitos”, afirma el músico, quien destaca también el tema “Yo soy la luz”, en el que colaboran Wayne Shorter y su mujer, Cindy Blackman, en la batería.

La representación española la pone La Niña Pastori. Ella cumple además la cuota de flamenco que anhela Santana, quien no descarta hacer en el futuro un disco al estilo del de Miles Davis “Sketches of Spain”.

“Quisiera hacer más cosas en el futuro, me encanta la pasión, el fuego y la sangre de los gitanos”, dice el mexicano, quien planea incluir flamencos en su espectáculo.

El primer sencillo del disco es “Saideira”, con la participación de Samuel Rosa de la banda de rock brasileña Skank, ganadora de Latin Grammy y una de las bandas de rock más exitosas de Brasil de las últimas dos décadas, con un repertorio demostrado de hits y muchas influencias.

“Saideira” fue escrita por Samuel Rosa con Rodrigo Leao y tiene un ritmo ska contagioso. Comenta Samuel: “Grabar la canción ‘Saideira’ ha sido una experiencia gratificante para mí, y ha sido un honor increíble trabajar con el gran maestro Carlos Santana”.