En agosto del año 2008, mi mujer y yo viajamos a Egipto. Desde niño, quién sabe a qué atenido, yo me había prometido ver un día las misteriosas Pirámides y la enigmática Esfinge, y hoy llegaba el momento de cumplirme esa promesa.
Pues el itinerario en la línea aérea Delta incluía una escala en el aeropuerto londinense de Heathrow en donde aterrizamos a las nueve de la mañana. Como la conexión con El Cairo se daría hasta las cinco de la tarde, no nos íbamos a quedar pendejeando todo el día en el aeropuerto e íbamos a desaprovechar la oportunidad de ir a dar un paseo por uno de los lujos de Europa, y de paso almorzar en uno de sus maravilla de restaurantes.
El recorrido nos era familiar pues esta era la tercera visita a la tierra de los Dave Clark Five. Abordamos el tren subterráneo o "Tube". como le llaman los londinenses, que tiene una estación justo en la terminal 5 del aeropuerto, que conecta con el populoso sector bohemio del "Picadilly Circus" que tanto nos encanta, y nos fuimos para Londres pasando por zonas y vecindarios que no tienen nada que envidiarle a la Zacamil y Soyapango, antes de tocar el poluto pero precioso territorio histórico-turístico del Palacio del Parlamento, la Torre de Big Ben, la Abadía de Wstminster y su famosos puente sobre el Támesis.
Fue un "pilón" de ensueño en la realización de un sueño, y todo por el precio de uno. Ni planeado habría salido tan perfecto. No hay duda que Dios nos ama.
Aquí un histórico video que ilustra mi historia☼
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