"Mi padre tiene Alzheimer. Es difícil determinar en qué fase se encuentra", contó el único hijo de Omar Sharif , Tarek, hace apenas dos meses en una entrevista exclusiva con El Mundo, en la que reveló detalles del estado del actor egipcio, cuya salud era hasta entonces un misterio.
Sharif, quien falleció ayer tras un paro cardíaco, a los 83 años, supo que tenía Alzheimer y comenzó a manifestar los síntomas hace al menos tres años. Pasó los últimos meses de su vida en un hotel de El Gouna (La laguna, en árabe egipcio), un complejo turístico construido en los 90 a orillas del mar Rojo, a unos 430 kilómetros de El Cairo, adonde los egipcios suelen escapar del ruido de la capital. Allí vivía sus días muy tranquilo el actor, con una rutina de descanso que consistía en pasar largas horas en la terraza, bajar al bar a escuchar música y conversar con los camareros. Cada tanto realizaba paseos con su hijo por el centro de El Cairo, e iba a comer a los restaurantes que tiene Tarek en esa ciudad.
"Tiene momentos del día en los que está mejor y otros en los que se halla extremadamente desconcertado", explicaba Tarek en la nota. "Realmente no sabe dónde vive. Sin duda sabe quién es, pero no necesariamente la razón por la que lo saludan. Cuando alguien lo ve en la calle y se acerca, a menudo piensa que es alguien que conocía de antes y cuya cara y nombre ha olvidado. En la mayoría de los casos es simplemente un fan", comentó.
En una de las últimas entrevistas que concedió el actor antes de comenzar a padecer el Alzheimer, reconoció que, tras seis décadas de rodajes y más de un centenar de filmes, se había convertido en nómade: "Yo sólo vivo en hoteles y sólo como en restaurantes".
"Sigue sabiendo que es un actor reconocido. La pérdida de memoria afecta sobre todo a acontecimientos muy específicos, a detalles como en qué momento estuvo en un lugar concreto o quién actuaba en una película determinada. Recuerda, por ejemplo, que fue Doctor Zhivago, pero ha olvidado cuándo fue grabado. Puede hablar de la película, pero olvida su título o dice, en su lugar, otro como Lawrence de Arabia. Son producciones de hace medio siglo en las que participaron los mismos directores, cámaras y equipos".
Cuando le diagnosticaron Alzheimer comenzó a tomar algunas medicinas y a realizar ejercicios para ralentizar el avance, pero según contó su hijo, nunca los hizo. Cuando en enero pasado falleció la actriz egipcia Faten Hamama, la madre de Tarek, Omar no se inmutó. Si bien algunos medios comunicaron textuales del actor manifestando su tristeza, ahora se sabe que fueron falsos: "No hizo declaraciones. No estaba al tanto de la actualidad ni asistió al funeral. Ni siquiera sabía que había muerto. Se lo dije más tarde. Y aún así, unos días después de contárselo, me preguntó: '¿Cómo está Faten?'".
Omar y Faten se casaron en 1955, luego de que él renunciara a la religión cristiana y se convirtiera al islamismo para ser su esposo. A mediados de los 70 se separaron, pero conservaban una buena relación.
Sharif supo ser un abuelo ejemplar. Uno de sus nietos, Omar Sharif Junior, siguió sus pasos y juntos protagonizaron una película irlandesa: "Mi abuelo me enseñó a ser un gentleman. Aprendí de él a tener buenos modales en la mesa; disfrutar del buen vino; tratar temas apropiados en una conversación formal; montar a caballo; apostar en las competiciones de hípica y jugar a las cartas. Me decía que jugar al bridge es como hacer el amor. Necesitas un buen compañero o una buena mano", dijo el joven al mencionado diario..
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