yo también te engañé a ti y no me culpes.
No te culpo porque yo a ti te engañaba,
ni me culpes porque me engañabas tú.
Lo único que siento de esta farsa
que por engañarte a ti, la engañé a ella.
Tú también debes sentir, si no me engaño,
que engañándome a mí a él engañaste.
Resulta así al final de la jornada,
que tú no me engañaste ni yo a ti.
Que fueron otros dos los engañados.
Y ahora vas tomada de su brazo
mientras yo voy con ella paso a paso...
Tú ya no engañas a nadie y sin embargo,
yo la sigo engañando pues te quiero.
Engañados los dos, tomo mi copa
y apuro así otro horrible trago amargo...
San Salvador, junio/1977
San Salvador, junio/1977