La Selección Alemana es también campeona humanitaria
El año pasado, la Federación Alemana de Fútbol se trasladó a Brasil en busca de un lugar ideal para su selección. Después de buscar por todo Brasil, no encontró un hotel que reuniera las de su gusto. Joachim Löw quería instalaciones en las que pudiera trabajar sin ser “espiado” y con la máxima tranquilidad. En realidad sí lo encontró, con un problema: estaba sin construir. Era una quimera que Alemania pudiera concentrarse en Santo André, un pequeño pueblo, casi aldea, al sur de Salvador de Bahía.
El seleccionador y sus ayudantes le preguntaron a su Federación si cabía la posibilidad de crear un complejo hotelero en ese idílico lugar. Al principio a los ejecutivos les sonó a broma la propuesta. Una vez meditada, la Federación aceptó la “locura” de su seleccionador y se puso manos a la obra, nunca mejor dicho.
A unos 30 kilómetros de Porto Seguro, en la costa atlántica brasileña, encontraron 15.000 metros cuadrados donde construir un complejo hotelero y un campo de fútbol para entrenar. La construcción ha corrido a cargo completamente de la Federación Alemana y de sus patrocinadores. Desde mediados de 2013, aquellos metros cuadrados ya tenían un nombre: Campo Bahía, sede de la nueva campeona del Mundo. El ex jugador y ahora manager de los germanos, Oliver Bierhoff, fue el encargado de encontrarlo y definir lo que su selección necesitaba para conquistar la cuarta estrella.
Campo Bahía tiene 14 viviendas de dos plantas, edificios administrativos, gimnasio, piscinas, campo de fútbol y 65 habitaciones y hasta un pequeño aeropuerto a 30 kilómetros que les permitió volar hasta Fortaleza, Recife y Salvador de Bahía, lugar de sus tres primeros encuentros de este Mundial. Cuando la idea fue tomando cuerpo, hablaron con la FIFA, que la autorizó. Con ese beneplácito, los alemanes hablaron con el gobierno estatal, que al conocer la obra y el destino final del complejo, firmó las licencias rápidamente.
Ahora Campo Bahía pasará a ser propiedad del pequeño pueblo de Santo André. Sus habitantes han trabajo durante el Mundial como únicos empleados y al servicio de la Federación Alemana. Como premio recibirán un resort al lado de la playa que deberán gestionar en beneficio propio del pueblo indígena de aquella zona. Además, los jugadores les han donado 10.000 euros para la compra de una ambulancia para los servicios que necesiten las aldeas de los alrededores. Una parte del complejo a partir de ahora será utilizado como escuela para los hijos de los habitantes más pobres de la zona.
Además de ser la primera selección europea en ganar el título en tierras americanas, Alemania también pasará a la historia por construirse su propio lugar de concentración, que dejará una huella imborrable para toda la región de Porto Seguro y en especial para Santo André. No es descartable que cambie de nombre para ‘germanizarlo’ y se llame Heirliger Andreas.